Qué pongan a toda leche la guillotina en la mismÃsima Puerta de Alcalá...! Se les oye desgañitarse a toda hora y enérgicamente a los furibundos cargas públicas del partido fundado por un marqués. Precisamente el de Galapagar; Duque de Roures, Adelantado de las Caracas, y Emir del Teherán; entre otros tantos tÃtulos, que por derecho propio luce y atesora, incluÃdo como no, el de Macho Alfa del 11-M. Perdón: del 15-M...en que estarÃa yo pensando...?
Pues hete aquà que nuestro Felipe VI ha tenido la santa idea de permanecer cómodamente sentado -de ahà lo de la guillotina que le quieren administrar- mientras los casposos, fetichistas, militaristas, y además bananeros, sorpresivamente portaban ante él y en una urna de cristal -como el que lleva henchido de trasnochada fe o fanatismo, el brazo incorrupto de un San Vicent cualquiera- el sable, como digo, que dicen que era de Bolivar. Qué nuestros delfines del Marqués de la coleta, y cómo es comúnmente sabido, siempre denostan cualquier acto, parada o celebración militar. Si, y sólo sÃ, es española. Naturalmente.
Pero en casos como este, en que por suerte no hay que soportar se cante " El novio de la muerte", ni hay ningún soldadito patrio en el desfile inmiscuido en la cosa, los megapacifistas del meapilas Junqueras también están plenamente de acuerdo en darle sumario matarile a nuestro monarca, incluidas Letizia y las Infantas, y a la sombra de la Puerta de Alcalá. Si puede ser. Porque curiosamente los fetiches militaristas son sagradamente "cool" para los "maulets", sólo sà en su dÃa se levantaron contra las Españas. Y se tiñeron de nuestra sangre. Roja. Por supuesto.
Asà pues hacen muy bien, unos y otras, en reclamar al gobierno del qué, por cierto, forman parte esencial, las más prontas y satisfactorias explicaciones sobre esta bizarra actitud de nuestro rey, que una vez llegó a Bogotá, y tal vez influido o adoctrinado por los propios delfines del Duque de Roures, y las conversaciones sufridas con los mismos durante las tediosas horas de vuelo...
Todo lo qué, y como bien ha visto todo el mundo, ha llevado sin duda a un adoctrinado Felipe VI, que en un gesto de desobediencia civil sin parangón que le honra, ha permanecido valerosamente sentado mientras los descarados mÃlicos exhibÃan con marcial vehemencia esta pieza o sable tan belicista. Que hace aproximadamente 200 años además se tiñó de sangre. Sin que tal sacrificio, por cierto, ultimadamente, haya llevado ni a Colombia, ni mucho menos a Venezuela, a ninguna parte. Ya que nada destacable pintan ni han pintado nunca, dentro de lo que antes se llamaba pomposamente " el concierto de las naciones". Pues eso.