Un coche es un receptáculo cerrado de tamaño reducido con 6 ventanas de gran tamaño por donde entra luz, razón por la cual es muy fácil de calentar y tienen a retener el calor provocando que el interior del coche tenga temperaturas aún más altas que las de la calle.
Ante esta situación existen dos soluciones al usar el coche: abrir las ventanillas mientras circulamos (lo cual además de ser molesto por el ruido restará aerodinámica a nuestro coche obligando a consumir más gasolina de la normal para poder mantener la velocidad) o echar mano del aire acondicionado y climatizador integrado en nuestro coche (lo cual también ampliará el consumo de combustible ya que el aire acondicionado necesita energía para mantener la temperatura).
Parece que el verano es sinónimo de más gasto en gasolina (que encima sube de precio durante el periodo de vacaciones), pero lo cierto es que hay una práctica muy sencilla que puede permitir ahorrar hasta un tercio de tu gasolina en trayectos cortos y medios.
Por norma general los expertos recomiendan apagar el aire acondicionado y abrir las ventanillas cuando vamos por tramo urbano (donde la velocidad máxima son 30 kilómetros por hora) y cerrarlas y usar el climatizador en autovía y nacional, pero esta solución no siempre es viable pues existen vientos calientes como la temida Ponentà.
Pero precisamente en esos casos, y en trayectos que no excedan las dos horas, puedes utilizar un sencillo truco para usar tu aire acondicionado sin gastar demasiada gasolina, y es un truco que todos los coches pueden realizar y que es tan fácil como apretar un botón.
Se trata del botón de recirculación de aire, ese botón que se encuentra en el tablero de mandos del aire acondicionado de tu coche y que permite elegir entre usar el aire de fuera del coche o ir reciclando el que ya está en el interior. Con esta opción el aire acondicionado no tiene por qué funcionar a tope, ya que le es más fácil refrescar un aire que ya entra en su sistema con una temperatura fría, que estar comprimiendo y expulsando el aire caliente del exterior hasta alcanzar la temperatura que le hemos indicado al climatizador.
De esta manera, solo has de abrir las ventanas cuando entras en el coche, para que se vaya el calor acumulado, encender el aire acondicionado y volver a cerrar las ventanillas una vez empiece a salir frío, y apretar el botón que indica que el aire circule una y otra vez dentro del coche (puedes encontrarlo en el manual de tu coche si no sabes donde está). Con este sistema ahorrarás gasolina este verano.
