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PIXABAYLa crisis del coronavirus ya ha tenido serias consecuencias a nivel de salud, especialmente en China, pero lo cierto es que la economía parece estar librándose de sus efectos, especialmente si echamos un vistazo a Wall Street hoy (los índices bursátiles de referencia todavía no se han llevado un batacazo). Aunque todo apunta a que en un futuro cercano esta situación podría cambiar considerablemente.
Las víctimas económicas de la epidemia de coronavirus en China aumentan a medida que las plantas automotrices asiáticas y europeas se quedan sin piezas o que los turistas chinos que gastan grandes cantidades de dinero se quedan en sus casas (algo que puede afectar especialmente a España, que tiene como principal motor económico la industria del turismo). Este es apenas el comienzo de una resaca financiera que se espera que dure meses, incluso si la epidemia se controla pronto, lo que no parece tarea fácil.
Las secuelas de la epidemia china probablemente harán que la economía mundial se contraiga este trimestre por primera vez desde la Gran Crisis, según informan desde la conocida empresa de consultoría Capital Economics. Si añadimos además el impacto que la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha estado generando sobre la economía mundial, el efecto mariposa inevitable en la economía interconectada de nuestro tiempo podría dejarse sentir en nuestra propia región antes de lo que pudiéramos pensar.
Todavía recuperándose del trauma político y económico del Brexit, la Unión Europea tiene un nuevo quebradero de cabeza: la caída de la producción industrial alemana. Se trata de una noticia que parece confirmar los temores de quienes opinan que nos encontramos ya en pleno proceso de desaceleración económica. La caída que la industria alemana experimentó en diciembre de 2019 fue especialmente preocupante: un 3,5 % en comparación con 2018.
En España, los datos parecen contradecir esta tendencia negativa mundial, tras seis años de crecimiento económico sostenido que han apuntalado la recuperación tras la crisis económica. Ahora bien, nuestra economía es muy dependiente de la coyuntura económica de nuestros vecinos, por lo que las predicciones de crecimiento para nuestro país en 2020 podrían verse afectadas negativamente con el paso de los meses.
En conclusión, estamos asistiendo a una confluencia de factores que tienen el potencial de desencadenar una nueva recesión. La crisis de salud pública internacional, la contracción económica mundial y la desaceleración industrial europea no invitan excesivamente al optimismo financiero. La pregunta que cabe preguntarse es la siguiente, ¿hasta qué punto afectará todo esto finalmentea la economía valenciana y española? En los próximos meses saldremos de dudas.
