LA
UNIÓ solicita al Ministerio de Agricultura una modificación del
actual Plan Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina, así
como una actuación urgente con medidas eficaces para controlar la
fauna salvaje, fuente de transmisión de la enfermedad.
LA
UNIÓ cree que la prueba que se realiza a las vacas
(intradermotuberculinización) para comprobar la existencia o no de
tuberculosis no está dando los resultados esperados. En este
sentido, en el ejercicio 2018 se sacrificaron en la Comunitat
Valenciana un total de 257 animales.
A esto hay que añadir
que, a pesar de aplicar rigurosamente por parte de la Conselleria de
Agricultura del protocolo establecido en el Plan Nacional de
Erradicación, la prevalencia de los rebaños ha ido en aumento,
pasando del 1,99% en 2016 hasta el 4,12% en el año 2018, constatando
así que el actual sistema de detección de la enfermedad no funciona
y existe un estancamiento en la lucha contra esta enfermedad bovina.
LA UNIÓ solicita la
inclusión del método ELISA como prueba de referencia con el
objetivo de poder detectar animales anérgicos en las distintas
explotaciones y así avanzar en el control de la enfermedad pudiendo
detectar positivos y que esos animales puedan ser indemnizados. Esta
prueba hay que acompañarla con la implementación de análisis
ambientales para averiguar los focos de dicha enfermedad y las
correcciones a realizar en las explotaciones y en los métodos
actuales.
Todo
ello, en opinión de LA UNIÓ, debería ser impulsado con la
necesaria constitución de un consejo asesor estatal formado por
especialistas en la materia, donde las organizaciones agrarias puedan
trasladar la realidad del sector, y desde donde se establezcan las
líneas de trabajo para el conjunto del estado, tal y como se ha
realizado anteriormente para otro tipo de especies y enfermedades
como el Aujeszky.
Una
de las fuentes de transmisión es la compra de vacas de otros países
de la Unión Europea para incorporarlos en las explotaciones
valencianas. En la línea de mejora del sistema que solicita LA UNIÓ,
se hace necesario que desde el Ministerio de Agricultura se inste a
la realización por parte de la Comisión Europea de una auditoria a
aquellos países, como Francia, que están calificados como países
"libres de la enfermedad", pero al ser chequeados algunos
de esos animales al llegar a las explotaciones de la Comunitat
Valenciana, resultan positivos.
Con
el objetivo de no reducir drásticamente la economía de las
explotaciones afectadas se precisa la modificación de la
imposibilidad de entrada de animales de reposición a explotaciones
en las que algún animal haya salido positivo al igual que la no
inmovilización de la explotación para movimientos a cebaderos que
destinen esos animales a sacrifico con posterioridad.
Por
lo que a la problemática de la fauna salvaje se refiere, como foco
de transmisión de la tuberculosis a las explotaciones bovinas, desde
LA UNIÓ se critica el bajo nivel de pruebas que se les realiza. En
este sentido, con los con los datos del PATUBES de 2017, la media del
Estado español en los chequeos realizados a jabalíes hay una
positividad del 20,62% en pruebas serológicas. Para LA UNIÓ estos
datos están incompletos porque hay comunidades autónomas que no
aparecen reflejadas y las que figuran lo hacen con un bajo número de
analíticas como, por ejemplo, en la Comunitat Valenciana donde
únicamente se realizaron 130 muestras entre los más de 26.000
jabalíes capturados. Teniendo en cuenta la evidente relación entre
presencia de jabalíes como una de las causas de positividad de
tuberculosis en las explotaciones bovinas, se debe incrementar el
número de esas analíticas y realizar un censo real de la fauna
salvaje.
Por
tanto, LA UNIÓ solicita el establecimiento de medidas subvencionadas
para la implementación de medidas de bioseguridad en las empresas
ganaderas, así como el incremento de la línea de ayuda a la
competitividad y sostenibilidad de las explotaciones de la
Generalitat para que en las explotaciones de extensivo se logre
reducir el contacto entre la fauna salvaje y los animales de la
explotación y sobre todo con los comederos y bebederos del ganado
que puede ser uno de los focos de contaminación.
Al
mismo tiempo solicitamos un incremento en la formación que reciben
las personas relacionadas con la ganadería, agricultura, agentes
forestales, silvicultura, pesca, caza y otras actividades que se dan
en el medio rural para la implementación de la vigilancia sanitaria
a la fauna silvestre y que pueden ayudar a incrementar la salud del
campo.