Ante las quejas de los responsables de velar por nuestro medio ambiente trasladadas en los medios de comunicación me puse en contacto con ellos. Conocà de primera mano su problemática. Con este bagaje informativo nos interesamos ante la Conselleria que dirigÃa la ex-consellera Mireia Mollà para conocer y contrastar todo lo concerniente a recursos humanos, técnicos y materiales de nuestros agentes medioambientales. Las explicaciones que se nos dieron desde el gobierno del Botà nic nos parecieron inexactas y que no se aproximaban a la realidad.
Por todo ello, en el pleno de Les Corts y con la presencia entre el público de un nutrido grupo de agentes medioambientales, fui su voz transmisora, dejando al descubierto las vergüenzas del Botà nic en su gestión. Tales como que trabajan con vehÃculos de hasta 26 años de antigüedad, sin aire acondicionado, muy contaminantes e inseguros. Además, una buena parte de la flota no cuenta con rotulación y con V1 azules con sirena, en fin, increÃble, pero cierto. Esta escasez de recursos si los comparamos con otras comunidades autónomas, hace que las diferencias se acrecienten, ya que llevan armas, pistolas láser, van en pareja en los servicios de caza, reciben cursos de autodefensa.
Nuestros agentes medioambientales, deben de ser reconocidos como agentes de la autoridad y, por eso es necesario aprobar una ley del Cuerpo, que les organice, les de seguridad jurÃdica, marque escalas de mando y se cree una orden de uniformidad. Se merecen y deben tener ese reconocimiento por la importancia de la labor que desempeñan, la protección de nuestros espacios naturales.
Sus recursos humanos son escasos, con una media de edad alta, sin especialidades. Contamos con menos agentes medioambientales que la Comunidad de Madrid, que es tres veces menor que la Valenciana.
Por eso pedimos en nuestra comparecencia en Les Corts, que si el Botanic, es decir PSOE, CompromÃs y Podemos son tan defensores de las polÃticas verdes, lo primero que tienen que hacer es mejorar los recursos personales y materiales de los agentes que protegen la naturaleza valenciana.
Los ecologismos de boquilla están trasnochados, la realidad cada verano es más tozuda y deja al descubierto la falta de prevención, de inmediatez, de coordinación y de medios. Cuidar nuestros espacios naturales e invertir en protegerlos es vital. Esa debe ser nuestra razón de ser. Por eso, la concienciación colectiva es necesaria, asà como el reconocimiento público para quienes velan, con escasos medios humanos y materiales, por nuestra naturaleza, nuestros agentes medioambientales.