LA
UNIÓ de Llauradors indica que los productores de hortalizas de la
comarca de la Ribera hacen guardia permanente en sus campos en medio de
una gran impotencia e indefensión para evitar el robo de sus cosechas
ante la oleada de sustracciones que se viene produciendo.
El
principal objeto de deseo de los autores de los robos son los melones y
esta pasada semana le robaron casi 6.000 kilos de melones a un
agricultor de Alzira, mientras que en otros casos han sorprendido a los
ladrones en pleno hurto siendo incluso amenazados si se les dice alguna
cosa.
Los
robos se producen fundamentalmente en las horas en que los agricultores
suelen irse a comer o ya de madrugada, ante lo cual han decidido montar
guardia permanente hasta que la cosecha salga a los mercados.
LA
UNIÓ reclama mayor vigilancia policial en las zonas productoras y más
presión e intimidación para evitar que se cometan los robos. En este
sentido pide un aumento de las fuerzas de seguridad del Estado y de las
policÃas locales, a la vez que recuerda que sigue pendiente la
modificación del Código Penal para que se contemplen las casuÃsticas de
los robos en las zonas rurales. Según LA UNIÓ el valor de
lo robado en el campo valenciano pasó de los 20 millones de euros el
pasado año y este año se detecta un aumento de los mismos respecto a las
mismas fechas del anterior que podrÃa cifrarse en un 25% más.
En
la modificación del Código Penal se deberÃa castigar el robo en sÃ,
independientemente de su valor, aparte de considerar como importe de lo
hurtado/robado no sólo el bien sustraÃdo sino el valor del daño
provocado para conseguir ese bien. En el caso de hurtos/robos cometidos
por varias personas LA UNIÓ formula que el valor de lo hurtado/robado no
se divida entre estas personas y que este valor sea el mismo para cada
uno de los delincuentes. Y ante los casos de reincidencia de un
delincuente, el valor de lo hurtado/robado deberÃa ser acumulativo.
LA
UNIÓ propone también la creación de un cuerpo de policÃa rural o una
policÃa rural mancomunada para aquellas poblaciones más pequeñas. AsÃ
mismo insta a que se celebren reuniones periódicas de las Juntas de
Seguridad Rural local, provincial y autonómica; y que los Ayuntamientos
y/o Juzgados de Paz tengan la capacidad de registrar las denuncias para
después, trasladarlas a la Comandancia de la Guardia Civil. Todas estas
actuaciones facilitarÃan la incentivación de la cultura de la denuncia
al disponer de una policÃa de mayor proximidad y tener datos más
exhaustivos y fidedignos de la naturaleza de los robos en las zonas
rurales. Se insta a los agricultores y ganaderos a interponer denuncias
pero en muchos casos deben recorrer muchos kilómetros para presentarlas,
con el considerable gasto y pérdida de tiempo que nadie les paga y, lo que es peor, sin garantÃas de una respuesta efectiva a la denuncia.
Otro
aspecto a trabajar y mejorar en los robos de las zonas rurales para LA
UNIÓ es la persecución e inspección de las empresas (almacenes,
chatarrerÃas, etc.) que compran producciones agrarias o de otro tipo y
no puedan demostrar su procedencia o enclaves potencialmente
susceptibles de vender mercancÃa robada, tanto de producto agrÃcola como
de material como cobre, herramientas, etc.