"Debemos desterrar el falso
mito de que el trastorno de la conducta alimentaria no se puede curar y
hay que resignarse a vivir con él". Asà lo expresado el director
general de Calidad y Atención al Paciente, Ignacio Ferrer, en su visita
a la sede de AVALCAB, la asociación valenciana de familiares de
enfermos con trastornos alimentarios: anorexia y bulimia.
El trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es una de las
psicopatologÃas más prevalentes en mujeres valencianas: entre un 2 y un 4% de
chicas jóvenes lo padecen. En España la prevalencia del trastorno se
sitúa entre un 3'3 y un 5'5% en adolescentes de 12 a 20 años, y en
población general la morbilidad en mujeres es de un 0'5%.
"Debemos trasmitir a los afectados que este problema se puede
curar, aunque en algunos casos sea un proceso largo que pasa por
diferentes etapas, y necesita tratamiento adecuado que en la Comunitat
podemos ofrecer". Ferrer ha trasladado un mensaje de ánimo a los
miembros de esta asociación, que ofrece ayuda, orientación e
información a 182 familias.
El director ha recordado que la Comunitat ha sido pionera en
España en disponer de unidades especÃficas para el tratamiento de
trastornos de la conducta alimentaria (una en cada provincia), que
atienden anualmente a más de 140 pacientes.
Incidencia y abordaje
Si se atiende a las entidades subclÃnicas y sÃndromes parciales de
la enfermedad, las tasas se incrementan en mujeres hasta cerca del
15-18% de la población juvenil. No obstante, cabe recordar que estos
trastornos se dan en todas las edades y en hombres.
Los TCA son "multicausales", atendiendo a factores
socioculturales, familiares e individuales, que pueden ser
predisponentes, desencadenantes y de mantenimiento. Poseen una base
psicógena compleja, en la que confluyen dichos factores, y engloban
tanto la anorexia y bulimia nerviosas como entidades subclÃnicas o
sÃndromes parciales ("TCA no especificados").
La anorexia nerviosa es uno de los TCA más detectados,
principalmente entre los 14-16 años. Se caracteriza por el rechazo a
mantener el peso en los valores mÃnimos normales, el miedo intenso a
ganar peso, la alteración de la percepción de la silueta y la
amenorrea.
Más allá de ser una alteración del patrón alimentario, se asocian
también factores conductuales, emocionales y socioafectivos, y tiene
consecuencias somáticas que retroalimentan el cuadro clÃnico.
La bulimia nerviosa es más prevalente en torno a los 18-20 años, y
se caracteriza por recurrentes episodios de voracidad (atracones);
conductas compensatorias inapropiadas con el fin de no ganar peso
(ayuno, ejercicio excesivo, conductas purgativas como la autoinducción
al vómito o el abuso de laxantes o diuréticos); y una autoevaluación
exageradamente influida por el peso y la imagen corporal. También
implica factores conductuales, emocionales y cognitivos.
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