Si, esta muy bien todo eso que decÃs todos: que si no está bien que Pedro diga una cosa en campaña y luego cuando pasan las elecciones haga no la contraria, si no lo siguiente, que como puede ser que reciba al delincuente cesado por los jueces Torra como si fuera no un president si no todo un Jefe de otro Estado...
Que porque se van a llevar todos estos golpistas catalanes como premio tantos miles de millones en detrimento de las demás candidas y fieles autonomÃas. Que como va a ser que los jefes del golpe salgan a trabajar tres dÃas a la semana sin cumplir ni tres de los 13 o mas años que les han caÃdo entre otras cosas por robar dinero de todos...SÃ, claro, en todo eso tenéis razón. Y todos. Y mucha...
Pero habéis olvidado un pequeño detalle. Sin importancia. Eso si. Que los valores que reivindicais: sinceridad, honradez, decoro, justicia, prudencia, racionalidad, igualdad y respeto ante la Ley, hoy en dÃa casi son monsergas en las que tal vez no cree o no repara la mayorÃa de la población. O que ni siquiera sabe o se plantea lo que significan. Y que en cualquier caso y hace tiempo que desde luego ha renunciado a exigir tales viejunos principios a la cosa polÃtica. Clase considerada comúnmente como la más corrupta. No hay más que observar que desde el estreno de El Padrino en los 70 los gansters pasaron a convertirse casi en los nuevos héroes de nuestro imaginario colectivo. PelÃculas como Uno de los nuestros después o Casino en los 90, no han hecho más que confirmar este siniestro cambio en el olimpo de los nuevos dioses sociales. Y hete aquà que aparece en nuestra escena polÃtica un Pedro Sánchez precisamente en los años de la última gran crisis cuando hasta Rodrigo Rato ha acabado en la cárcel y los Pujol han sido descubiertos enfangados en el mayor escándalo de corrupción de Europa de los últimos decenios.
Una España en la que aparece Sánchez que ya ha soportado por cierto toda la montaña de corrupción, de engaños y de crimen de estado de Felipe y de Aznar. Y que ha pagado con la ruina de millones de personas las memeces de Zapatero . Sà en estos años aparece don Pedro, alumno aventajado de todos los anteriores, precisamente cuando se estrena la última de Scorsese , que como las anteriores citadas de él tiene la gracia de encumbrar definitivamente a los mafiosos/tramposos como nuevos y envidiables modelos de éxito social. Asi arrasa en estos 2010 El Lobo de Wall Street que es la pelÃcula y el personaje que más simpatÃa y seguidores seguramente despierta. En España y en el mundo entero. Y Pedro tal vez lo sabe. Conoce el paño. Y actúa en consecuencia.