Carlos Fernández Bielsa. EPDAHemos atravesado una etapa en la que la agenda cultural ha sufrido las consecuencias de las restricciones sanitarias y el sector de las artes escénicas ha tenido que cancelar su presencia en nuestras vidas. Las luces se apagaron para los espectáculos, el arte escénico, la música y el teatro, que dejaron de hacernos vibrar y emocionarnos. Ahora, con más ganas que nunca por ver reactivar los escenarios, debemos volver a aplaudir con fuerza a todas las personas que se dedican al ámbito creativo, que debería ser considerado esencial para el progreso social.
Desde Mislata, con ese objetivo, hemos programado un verano de actividad lúdica y cultural para todas las edades, especialmente dirigida al público infantil y familiar; para que la cultura vuelva a llenar la agenda ciudadana, para que la participación nos implique de nuevo en la convivencia en las calles, a la fresca, y para disfrutar del teatro, el circo, la música, y el cine, con acceso libre y gratuito para fomentar que la cultura llegue a todos y todas; para atraer al público de nuestros barrios. Así, construiremos una sociedad más libre, con mayor espíritu crítico, con más creatividad y valores para afrontar retos.
Además, con la reactivación de la cultura, no podemos dejar al margen las fiestas y tradiciones, la cultura popular que nos ha hecho forjar pilares como un pueblo con identidad, como es Mislata, con referentes y costumbres que nos impulsan desde el pasado hacia un futuro mejor. Nuestras raíces van a volver a estar presentes, si la situación lo permite, en la última semana de agosto, cuando volverá a sonar nuestra música tradicional en torno a nuestros patrones: la Virgen de Los Ángeles y el Cristo de la Fe. Una fecha que aprovecharemos para inaugurar nuestro nuevo recinto ferial para las fiestas populares, que esperemos que se consolide como un espacio para compartir grandes eventos, música y cultura a lo largo de diferentes momentos del año.
Por todo ello, tenemos que recuperar las celebraciones de nuestro calendario mislatero, que pone de manifiesto el enorme deseo de volver a compartir, como en nuestros mejores veranos. Debemos hacerlo juntos, contribuyendo a hacer de nuestras fiestas el fenómeno más diverso y extenso; que llegue a todos y todas, dando respuesta a las expectativas del público que año tras año nos visita y disfruta del carácter abierto de nuestra ciudad.
