Pedro Sánchez. EPDALa reciente situación provocada por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) en la provincia de Valencia ha dejado un rastro de devastación. Miles de familias han perdido sus hogares, negocios y medios de vida, y es imperativo que el gobierno de España y la Unión Europea actúen con urgencia para implementar un plan de recuperación integral, una especie de Plan Marshall, un PLAN DANA que es absolutamente urgente para una provincia, la de Valencia, gravÃsimente afectada por la riada. Estamos ante una crisis que no solo afecta a los damnificados directos, sino que su impacto se siente en toda la economÃa regional y nacional. Por ello, es fundamental poner en marcha un PLAN DANA que aborde las múltiples necesidades derivadas de esta tragedia y es responsabilidad y obligación del Gobierno de España -que no cumplió con este territorio cuando habÃa múltiples informes técnicos que reclamaban medidas en barrancos y rÃos- y de la Unión Europea. Es decepcionante y deseperante la inacción y la lentitud.
URGENCIA DE LA AYUDA DIRECTA
La situación en Valencia exige una respuesta rápida y efectiva. Para las personas fallecidas ya no hay solución. Pero sus familiares y amigos necesitan, al menos, el cariño y el respeto de las autoridades públicas. Las ayudas directas son cruciales para que los damnificados puedan comenzar a reconstruir sus vidas. Sin embargo, la dimensión de la emergencia va más allá de la pérdida de viviendas. Muchos trabajadores han visto interrumpido su acceso al empleo, y aquellos que aún conservan sus trabajos pero viven en zonas afectadas enfrentan la necesidad urgente de contar con un vehÃculo para desplazarse a sus lugares de trabajo. No se trata solo de regresar a la normalidad; se trata de garantizar que las familias puedan sostener su economÃa en un momento crÃtico.
Los esfuerzos de reconstrucción deben ser inmediatos y adaptarse a las realidades de cada municipio, lo que requiere un mando único que coordine la respuesta a las diversas necesidades de la población. Este liderazgo es necesario para establecer prioridades claras y asegurar que los recursos se distribuyan rápidamente donde más se necesitan. La reconstrucción económica no solo afecta a los más de 70 municipios impactados directamente por la DANA, sino que repercute en toda la provincia de Valencia, en la Comunitat Valenciana y en toda España. El impacto económico es brutal, y su gestión debe ser proporcional a la magnitud de la crisis. No se le puede exigir a la Generalitat Valenciana, el gobierno autonómico con peor financiación del Estado español, que sea la que más pague en el lento y doloroso proceso de reconstrucción, sino que le corresponde al Gobierno de España y la Unión Europea. Tampoco la Diputación de Valencia, que se ha lanzado en el proceso de ayuda y reconstrucción, cuyos recursos son limitados. Es un gesto que le honra, pero insisto: el desastre va de 30.000 a 50.000 millones de euros y esas cifras sólo están al alcance del Estado español y la UE.
El PLAN DANA de reconstrucción deberÃa incluir una serie de medidas estratégicas que aborden las diversas necesidades de los damnificados y faciliten la recuperación a largo plazo:
1. Reconstrucción Inmediata de Viviendas: Destinar fondos para la pronta reparación y construcción de viviendas para aquellos que han perdido sus hogares.
2. Apoyo a Comercios y Empresas: Implementar lÃneas de crédito blandas y subvenciones que permitan a los comercios y empresas locales restablecer su actividad.
3. Facilitar el Acceso al Transporte: Proporcionar vehÃculos o subsidios para el transporte a los trabajadores que, aunque no han perdido sus empleos, necesitan desplazarse a otras zonas para trabajar. En este caso, ¿por qué el Gobierno de España no acuerda con Ford Almussafes la fabricación de la máxima cantidad de vehÃculos diarios para entregar sin coste alguno a tantas miles de personas que han perdido más de 120.000 vehÃculos destrozados por la riada? De esta manera, se agilizarÃa la entrega de coches, los damnificados se quitarÃan una preocupación de encima, ganarÃan rápidamente la movilidad perdida y, de paso, se ayudarÃa a una empresa y sector en la Ribera Baixa que está muy tocado. Una sugerencia de Toni Montoliu, de la Barraca Toni Montoliu de Meliana- que traslado a las autoridades.
4. Infraestructura Resiliente: Promover proyectos que aseguren que las futuras construcciones sean resistentes a desastres climáticos, promoviendo la sostenibilidad y la recuperación económica.
5. Mando Único y Coordinación: Establecer un mando único que regule y coordine todas las iniciativas de ayuda y recuperación a nivel municipal y provincial. Esto garantizará una respuesta rápida y eficaz a las diversas necesidades de la población.
6.
El tiempo es crucial. La respuesta de las autoridades debe ser rápida y eficaz para atender las necesidades de los damnificados por la DANA. La situación exigente que enfrentan las comunidades afectadas no es solo una cuestión local; su repercusión se siente en toda la economÃa española. Por ello, la cooperación entre el Gobierno español y la Unión Europea es esencial para crear un marco de respuesta adecuado. Un PLAN DANA no solo debe enfocarse en la recuperación presente, sino también en construir un futuro más resiliente. La historia proporciona lecciones valiosas sobre cómo una inversión estratégica puede revitalizar economÃas devastadas. Es el momento de actuar, y de hacerlo con la urgencia que la situación demanda. Las familias y los trabajadores de Valencia necesitan nuestra solidaridad y apoyo inmediato. La reconstrucción de la provincia debe ser una prioridad nacional, y todos debemos contribuir a que se materialice en acciones concretas y efectiva
