Susana -Gisbert. /EPDA Cualquiera que navegue por ese mar sin agua que son las redes sociales, se habrá dado cuenta. Ha desaparecido de nuestros dispositivos el icono del pajarito azul de Twitter, que tan familiar nos era. En su lugar, ha aparecido una espantosa equis sobre un lúgubre fondo negro. Feo, feísimo.
Según dijeron a bombo y platillo en los informativos, el todopoderoso dueño de la red había tomado la decisión de cambiar el logo y que, según parece, es la antesala de otros cambios que vendrán. A peor, me temo, porque el primer paso lo dice todo. Sustituir al simpático Tuitee por un rayajo sin ninguna gracia no parece la quintaesencia del marketing. Porque aun no conozco a nadie a quien le haya parecido ni medio bien.
Por supuesto, la cosa no queda en el cambio del logo. De una manera consecuente con esa modificación, la acción de reproducir el mensaje, lo que llamábamos con toda naturalidad “retuitear”, ha pasado a llamarse “republicar”, y “republicaciones” lo que eran “retuiteos”. Y, aunque es más conforme con nuestra lengua castellana la nueva terminología, al menos en su traducción, no deja de resultar chirriante, tras años de llamar a las cosas de otra manera. De hecho, la RAE ya había dado entrada a la palabra “retuitear”, consagrando un uso que ya venían haciendo desde siempre sus usuarios y usuarias. Según el diccionario, retuitear es “comunicarse por medio de tuits”. Una entrada que, si nadie lo remedia, se quedará obsoleta de inmediato.
Reconozco que cuando oí la noticia por vez primera, pensé que habría marcha atrás. Creía que el pajarito azul estaba tan instalado que el dibujo nada imaginativo de una letra no podría sustituirla. Pero, como tantas otras veces, me equivocaba. Entre otras cosas porque a personajes como el dueño de X les trae sin cuidado cualquier cosa que no sea su propia decisión.
Poco podemos hacer, la verdad. Es obvio que, tratándose como se trata de una empresa privada, su dueño y señor puede hacer lo que le venga en gana sin importarle la opinión de nadie. Sin importarle, tampoco, si supone pérdidas o ganancias y mucho menos si su decisión repercute en una red que se había convertido en un pseudo medio de comunicación donde personalidades de todos los ámbitos, incluidas las que nos gobiernan, se expresaban como querían.
Ya hay quien anuncia que se va. También quien busca vías alternativas. Habrá que estar atenta a como evoluciona el tema, desde luego. Pero, pase lo que pase, yo ya hecho de menos al pajarito azul. Le tenía cariño
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