Susana Gisbert./EPDASeguro que todo el mundo ha oído hablar de la generación X. Z y los Milennials. Y, por supuesto, de los baby boomers, esa generación que ha tenido que pasar por tantos cambios como lo había hecho la humanidad en varios siglos.
Pero, a la mayoría de personas se nos acaban ahí los conocimientos sobre generaciones. Como si los boomers, los X , los Z, los Milennials y los que sean hubieran aparecido en el mundo por generación espontánea, nunca mejor dicho. Y yo confieso que me incluyo en esa mayoría ignorante, hasta que el otro día salió a la conversación y San Google no tardó un segundo en sacarnos de nuestra incultura generacional.
Hasta ese momento, yo desconocía la existencia de la generación grandiosa, y también de la generación silenciosa, aunque lo de la generación perdida sí que me sonaba.
Para quien nadara en la ignorancia como yo diré que la generación silenciosa es la que abarca a las personas nacidas entre 1928 y 1945. Parecen obvias las razones por las que aquí la conocemos como la generación silenciosa, porque el régimen político durante el que vivieron los que teóricamente son los mejores años de la vida se caracterizaba por esa ausencia de libertad que llevó a parte de esas personas a no llegar a disfrutar de esos años. No sé qué razones llevarían a llamarla así fuera de nuestras fronteras. No obstante, hay que reconocer que sin ellos no habríamos llegado hasta aquí.
Como no habríamos llegado de ningún modo tampoco sin la llamada Generación grandiosa, a la que pertenecieron mis padres, y los padres de tantos boomers y alguna que otra X como yo misma. Recuerdo haberle preguntado a mi madre cómo vivían en “sus tiempos” sin televisión, porque me parecía algo inconcebible. Imagino que como a mis hijas -una Milennial y otra Generación Z- les parece imposible que existiera una vida sin Internet ni teléfonos móviles.
No sé por qué se les dio ese nombre a los nacidos entre 1901 y 1927, pero ya ninguno de ellos -salvo alguna centenaria y milagrosa excepción- podrá contárnoslo. Mi madre, un gran exponente de esa grandiosa generación, nos dejó hace unos meses a punto de cumplir los 101 años y, aunque estuvo lúcida hasta el último de sus días, nunca me lo explicó, porque ni ella ni yo sabíamos que ese grupo de hombres y mujeres que sobrevivieron a tantas cosas y consiguieron dejarnos un mundo mejor tenían un nombre.
Así que aprovecho estas líneas para hacer mi pequeño homenaje a esa generación de la que tan poco sabemos. Porque lo merecen
SUSANA GISBERT
Fiscal y escritora (@gisb_sus)
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