Jaime Navarro. / EPDAPor supuesto. En ellos queda ya reflejado para siempre la segunda parte del tan sanguinario siglo XX. Esa mirada que siempre nos interroga sobre porqué tanta miseria, tanta crueldad. Tanto abandono. Tantas mentiras e injusticias.
Unos ojos tan puros y tan mediterráneos... y por eso mismo tan universales que nos acarician suave y sensualmente y que pese a todos los pesares nos llenan de certezas. De fe y de esperanza. De valor y de fuerzas para la eterna lucha por la vida.
Magnífica siempre, como cuando te fugaste con JACK PALANCE al México revolucionario. Y fuiste en esa huida nada menos que perseguida por un inconmensurable BURT LANCASTER. Y por todo un LEE MARVIN, entre otros. Lancaster con el cual compartiste estrellato en otra cinta histórica: el GATOPARDO de VISCONTI.
Pues pocas divas pueden presumir de dos veces cuando menos, haber compartido cartel en films míticos, con Lancaster y con todo un ALAIN DELON. Inolvidable siempre en ROCCO Y SUS HERMANOS, y en la hoy casi olvidada, pero siempre de culto, MANDO PERDIDO. También con Tony QUINN.
Serían pues muchas las escenas gloriosas que protagonizaste que podríamos evocar ahora. Pero yo quiero guardarte para siempre en mi recuerdo en como eras en la espectacular HASTA QUE LLEGÓ SU HORA ( como aquí se tradujo y vio), precisamente en su escena final, cuando un CHARLES BRONSON en su plenitud se despide casi a la francesa de ti, y un tremendo y lapidario JASON ROBARDS te dice algo así como qué no estés triste, porque este Bronson rezuma un insoportable aire a muerte...
Y es entonces cuando muy resuelta sales a dar de beber a los obreros que están allí mismo construyendo América o el ferrocarril. Eso sí, aconsejada por el viejo pícaro de Robards de que sí alguno se propasa contigo "haz como si no te dieras cuenta..."
Comparte la noticia
Categorías de la noticia