Carles López Cerezuela. FOTO EPDA A un año de las elecciones municipales la principal novedad de la
política saguntina es que no hay novedad. Todo sigue igual. Los partidos
políticos locales parecen sentados a una mesa en la que todos están de
espaldas y nadie mira hacia la mesa. El enroque es la figura
ajedrecística predominante. Todo el mundo domina su propia actuación
frente al espejo. Nadie parece querer domar la combinatoria.
No se recuerdan unas elecciones en el Ayuntamiento de Sagunto donde
exista una sola fuerza con mayoría absoluta. Y a pesar de eso las
diferentes fuerzas política hacen una ficción por la cual actúan como si
la fueran a conseguir. Dominan su propio público, lo cultivan, lo
adoran, lo buscan, lo persiguen. Incluso intentar robar electorados
vecinos. Sin embargo, nadie hace caso a los vectores de relación entre
partidos.
Solamente tres partidos con diferentes niveles, categorías y
trayectorias entendieron que dominar la combinatoria era situarse en el
centro del tablero y dominar la partida. El primero fue Miguel Angel
Cortés, que supo situarse siempre como la mortadela en mitad de todos los
bocadillos. Eso permitió que una opción cuyo nombre incluía la palabra
"centro" sobreviviera en Sagunto más allá de lo imaginable.
Con otro estilo y otras bases, el nacionalismo político valenciano
aprendió la lección y plantó una semilla en la moción de censura de 1997
que le llevó a dominar el cotarro local durante una década
prácticamente.
El modelo se fue degradando hasta el "copiar y pegar" por competencia
directa del segregacionismo que vio en la bisagra la manera de tirar al
Bloc a la periferia del sistema. Pero no entendió que la bisagra mal
entendida acaba rompiendo la puerta y ellos mismos acabaron también en
la periferia.
Así que tenemos varias puertas y ninguna bisagra para el mismo pasillo.
Varias puertas cerradas por cierto. No hay combinatoria posible de
pacto. En unos casos porque algunos practican la arqueología del rencor.
Consiste en buscar motivos en el pasado para decidir sobre el futuro.
En otros porque el ADN lo impide. Genética política que acabará por
permitir el incesto ideológico como en Grecia o Alemania. Los vectores
de rechazo son superiores a los de adhesión. Y nadie parece querer
cultivar nuevos.
Las condenadas a entenderse son las izquierdas, identitarias,
ambientales, liberales, comunistas, alternativas. Las izquierdas no
tendrán más remedio que entenderse y tampoco parece que se prepare
ningún camino específico para ello. Mientras tanto el PP navega en la
comodidad de haber descolocado a todo el mundo de tal manera que su
capacidad para gobernar está intacta por la ineficacia de los demás.
El PP mece la cuna mientras el resto se dedica a practicar frente a su
auditorio. La lucha por los votos es difícil de destripar en este
municipio. Sagunto es términos pitonisos es indescifrable. El mono que
batió a los traders más famosos o el pulpo Paul acertarían más que
cualquier analista observador.
El voto en Sagunto es un voto retardado y reactivo con lo que la
cantidad de datos de los últimos cuatro años se mezclaran con los
anteriores. Incógnitas hay tantas que parece un crucigrama en lugar de
un análisis. El PP cedió parte de su voto a los segregacionistas y al
Bloc especialmente. Por eso obtuvo un resultado inusualmente bajo en
Sagunto que aún así le permitió ser la fuerza más votada. Ahora debería
sufrir un desgaste de marca ante el aluvión de vergüenza ajena de un
partido en causa general abierta. Eso significa que puede haber un cruce
de segmentos electorales ahora mismo incalculable.
El cruce afecta también a los geminis locales. Los segregacionistas han
perdido su leif motiv y no se reinventan en la Liga Norte (Roma
Ladrona). Ahora parecen intentar competir con proyectos y marqueting. Un
terreno donde competir con el PP es como jugar al padel contra Rafa
Nadal. La ley impide la segregación directamente y cómo motivar a un
electorado sin motivo parece complicado. La agitación ya no parece la
especialidad de la casa a pesar de incidentes aislados. El megáfono de
Goig ya no suena y eso se nota en el segregacionismo.
El Bloc no se desnuda para vestirse de Compromís y sigue en la comodidad
de perros y de collares. Pero sin cambios no hay paraíso. Compromís es
una reforma integral. No vale la cocina y el baño. Compromís tiene la
posibilidad de superar al peor PSOE de todas las épocas en expectativa
electoral. Si no la aprovecha será por comodidad y pura inercia.
Izquierda Unida mantiene velocidad de crucero y sin mirar a los lados.
Se siente fuerte en la barricada de la protesta. Gobernar da yuyú y te
hace incurrir en incoherencias como las de Andalucía. Y no necesitan
hacer nada más que sentarse y ver como las encuestas les hacen ganar
partidos sin bajar del autobús de la propuesta positiva.
El PSOE yace, fluye y sobrevive en mitad del vacío. Las dificultades
para encontrar una tabla de contenidos son evidentes. El PSOE es incapaz
de diferenciarse del PP por responsabilidad. En los temas importantes
se suben los dos a la misma balsa. Y en la crítica tampoco encuentra un
hueco para separarse de Compromís e Izquierda Unida. Tiene difícil
cantar una canción que no sea la versión de otro.
Y en medio de todo esto un Juego de Tronos de liderazgos poderosos y con
sombras alargadas que no dejan lugar a la sospecha. A veces parece que
por donde pasan no crece la hierba. Falta cantera y la que hay solamente
podrá brillar cuando se retiren las estrellas.
Y unos plenos descafeinados donde hace tiempo que todo está decidido -el
90% del presupuesto está comprometido directamente antes de aprobarlo y
ni siquiera se aprueba- y lo poco que se decide se hace de común
acuerdo. De las diferencias ya se encargan las mociones que luego acaban
en un cajón junto con las fotografías de la controversia y sus
titulares de prensa. Bueno, también están las cuestiones
extramunicipales. A falta de política municipal hablemos de política que
afecta al municipio.
¿Tendencias? Se llevará el pret-a-porter. Apretar todo lo que se pueda a
tu propio electorado. El PP cruza tendencias al alza y la baja. El PSOE
se queda sin tendencia. Compromís cruza tendencias también. Lo mismo
para IP. Izquierda Unida es la única certeza presumible, tendencia al
alza. Y después vienen las incógnitas sobre UPyD y los experimentos sin
gaseosa tan frecuentes en este municipio.
Nada claro y todo espeso. La oposición se hace una foto conjunta y al
Alcalde le entra la risa en lugar de echarse a temblar. Así es Sagunto.
La política local se ha convertido en un Trece Rue del Percebe. Aquel
edificio que se veía sin fachada. Dividido en pisos donde cada uno
contaba una historia sobre la misma finca. Pero solamente el lector era
capaz de ver que lo único que les unía... eran cuatro paredes.
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