Pedro Rodríguez. /EPDA La música y los músicos son algo sagrado en nuestra tierra. Recuerdo cuando el PP en la crisis de 2008 quiso recortar las ayudas al mundo de las sociedades musicales (SSMM) y se encontró de frente con la fecunda protesta de la Federación de Sociedades Musicales (FSMCV) de la cuál quién esto suscribe era vicepresidente en aquel momento. Comarca a comarca, reunión tras reunión, explicamos a nuestras más de 500 asociaciones que lo que el gobierno valenciano quería hacer con nosotros no era de recibo mientras seguía la FIESTA, así en mayúsculas, que suponía la Fórmula uno o la Copa américa, cuando no directamente los múltiples casos de corrupción que ya apuntaban y que dieron después con los procesamientos de infinidad de cargos de la administración popular incluidos tres expresidentes de la Generalitat Valenciana.
Aquello se saldó prácticamente sin recortes y sirvió para unir a nuestra lucha por el ecosistema musical valenciano a los partidos de la izquierda que, por oposición al PP, en el gobierno entonces, en unos casos y por convencimiento en otros, nos apoyaron rotundamente en nuestras reivindicaciones. La legislatura postcrisis de 2014 -2018 con Ximo Puig de president de la GV y yo mismo de presidente de la FSMCV fue la más fructífera de los últimos treinta años para las SSMM que vieron reconocidas sus aspiraciones en gran parte e incluso dobladas sus ayudas por el primer “Botànic”.
La intranquilidad provocada por el cambio político derivado de las últimas elecciones por no saber bien hacía que horizonte, en lo que respecta a las SSMM, nos movemos, está resolviéndose en estas semanas con los nuevos nombramientos.
Mi análisis, tras los de Tomás en el área de proyectos del Ayuntamiento de Valencia, Moreno en el área de cultura y Llimerà en el Palau de la Música, de la mano de María José Catalá, así como por parte de la Generalitat, los del director general de Cultura de quién dependerá toda el área de música, Sergio Arlandis, o de Fani Blanch como directora del ISEACV, es que hay ganas de hacer cosas nuevas, y de hacerlas bien. Nadie ha citado la palabra recorte, ni las de cambios estructurales, ni hecho referencia a malos funcionamientos dentro del ecosistema. Cierto es que hay mucho que trabajar y mucho que hablar con el sector, pero no entrar con la motosierra o con la segadora de inicio es importante para que un nuevo equipo con ganas de trabajar como este, cuente con nuestra confianza. De momento vamos hablando con ellos y eso es importante.
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