Manuel J. Ibáñez Ferriol. /EPDA Valencia, emprende nuevos rumbos. La sociedad valenciana ha padecido durante dos legislaturas, unos gobiernos que han aportado poco o casi nada a la ciudadanía. Pocas cosas podemos destacar. Los constantes ataques a la cultura popular valenciana, el atraso en emprender obras que hagan avanzar la economía, el abandono de las políticas sanitarias públicas, y así la lista de situaciones desacertadas se hace cada vez más grande. Por esa razón, el pueblo ha hablado claro, fuerte y con confianza. Tenemos delante cuatro nuevos años llenos de “oportunidades” para hacer crecer como merece a la Comunidad Valenciana (el gran Reino de Valencia). Hemos de volver a ser una región puntera, con unos valores que debemos recuperar, porque Valencia, ha sido siempre una tierra rica, próspera y avanzada, además de ser muy solidaria con los que menos tienen. Los valencianos somos nobles, leales, trabajadores, amantes de la familia, de la vida, de las costumbres festivas, de la cultura, de las artes y de todo lo que nos rodea de forma positiva.
Pero, yo tengo mis dudas. Me van a permitir los lectores que las tenga, ya que sigo pensando que hay muchas cosas que cambiar y transformar y en otros momentos en los que se ha podido realizar los cambios pertinentes, no se ha llegado y muchos menos se ha conseguido. Es muy fácil enarbolar la Senyera Valenciana, cantar el Himno Regional, proclamar el amor a las Fallas y las Fiestas, y hacer ver una serie de simbolismos que tocan siempre la fibra sensible de los valencianos, provocando situaciones emotivas, que llegan hasta el éxtasis colectivo, mientras se sueltan pequeñas lágrimas de cocodrilo. Pero, llegados a los temas fundamentales, los vamos dejando “aparcados” porque dicen “que se trabaja poco a poco, para poder conseguir los objetivos coyunturales que nos lleven al consenso”. Y mientras el pueblo ve pasar oportunidades que le harían la vida más fácil y sencilla.
Seamos claros. Entremos en harina. ¿Se va a proceder a la supresión de la Academia Valenciana de la Lengua. ¿Se van a revitalizar las titulaciones de la lengua valenciana que imparten entidades como Lo Rat Penat o la Real Academia de Cultura Valenciana? ¿Vamos a promocionar a las empresas valencianas auténtico motor de la economía global? ¿Tendremos el corredor Mediterráneo terminado? ¿Podremos pasearnos por el Puerto de Valencia convertido en el primer puerto del Mare Nostrum? ¿Exportaremos nuestros valores culturales y artísticos de forma conveniente? ¿Impulsaremos los estudios musicales, artísticos, teatrales, cinematográficos y de la comunicación? ¿Promoveremos el avance en las investigaciones científicas? ¿Haremos que la salud pública vuelva a ser de gran calidad? ¿Dotaremos de ayudas y apoyos a los sectores más desfavorecidos? ¿Apostaremos por una política laboral justa y para todos? ¿Promoveremos la construcción de viviendas dignas a las que tengan acceso las clases menos pudientes? ¿Ampliaremos las becas para los estudiantes más aventajados? ¿Será el deporte la mejor forma de promover la convivencia entre todos? ¿Aumentará la seguridad en toda la Comunidad Valenciana? ¿Seguiremos siendo punteros en materia turística? ¿Nos preocuparemos de los agricultores, ganaderos y pescadores para que reciban precios justos por su trabajo?
Podríamos seguir, pero de momento la batería de preguntas me parece suficiente. ¿Qué pueden responder los nuevos gobernantes? ¿Vamos a poder confiar en ustedes o seguiremos con más de lo mismo? Estamos en un momento crucial. Necesitamos que su compromiso sea real y no palabrería vacía. Por favor cumplan con lo prometido, porque el pueblo se lo merece y necesita. Así por lo menos, esa ha sido su expresión.
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