Faltan sólo tres dÃas para que finalice el mes de agosto y
muchos trabajadores se preparan ya para la vuelta al trabajo tras un perÃodo de vacaciones en el
que han podido desconectar y descansar de la rutina diaria. Aunque la mayorÃa de ellos afronta
este proceso con energÃa positiva, con ganas de volver al entorno laboral y ver de nuevo a sus
compañeros de trabajo, para otros muchos se convierte en una situación negativa y estresante
que, en ocasiones, desemboca en el llamado sÃndrome o depresión postvacacional.
Se conoce como sÃndrome o depresión postvacacional a la sensación de falta de energÃa, la
desmotivación o la tristeza que sufren algunos trabajadores al reincorporarse al trabajo
después de un perÃodo de vacaciones. Se trata, en definitiva, de una ruptura en el proceso de
adaptación o transición entre el tiempo de ocio y descanso generado por las vacaciones y la
vuelta a la rutina laboral.
El entorno laboral juega un papel elemental en ese proceso de adaptación. Si el entorno es
negativo, el trabajador encontrará mayores dificultades a la hora de reincorporarse, mientras
que será mucho más sencillo para aquellos que desarrollen su actividad profesional en un
ambiente agradable y positivo.
Las malas relaciones entre compañeros, las tareas repetitivas y los jefes poco motivadores
son algunos de los factores que contribuyen al desarrollo de este sÃndrome.
En todo el paÃs, se calcula que 1 de cada 3 trabajadores está sufriendo o sufrirá el sÃndrome
postvacacional al reincorporarse al trabajo tras el verano. Del 66% restante, una parte
importante padece o padecerá un cuadro de fatiga o estrés que no llegará a considerarse
depresión postvacacional, pero estará directamente vinculado a la incorrecta adaptación al
orden y la rutina tras esos dÃas en los que apenas se tienen responsabilidades.
Este sÃndrome es caracterÃstico de los paÃses en los que es habitual que los trabajadores
disfruten de largos periodos vacacionales, como es el caso de España, donde el grueso del
descanso anual se concentra fundamentalmente en los meses de verano.
Aunque el nuestro no es ni mucho menos uno de los paÃses en los que más dÃas de vacaciones
tienen los trabajadores, sà que existe cierta cultura de aglutinarlos en una determinada época, en
vez de distribuirlas a lo largo de todo el año. Según el Banco Mundial, en España, el perÃodo
mÃnimo de vacaciones remuneradas es de 22 dÃas por año, frente a los 30 de Finlandia o Francia.
¿Qué trabajadores son más susceptibles de padecer este
sÃndrome?
No existe un perfil concreto de trabajador al que le afecte esta depresión, aunque que sà que
hay ciertas caracterÃsticas comunes o bastante habituales entre aquellas personas a las que más
les cuesta hacer frente a su vuelta al trabajo.
La tolerancia a la frustración, la resiliencia, la duración de las vacaciones y el entorno son los
aspectos clave para entender este sÃndrome:
• Tolerancia a la frustración y resiliencia: Los trabajadores que tienen una menor
tolerancia a la frustración y que son menos resilientes son los más susceptibles de
padecer depresión postvacacional. El cambio de situación que se vive al finalizar las
vacaciones y recuperar la "normalidad" resulta más complejo a aquellos que no saben
gestionar de forma eficaz los cambios.
#SÃndromePostvacacional
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• Duración de las vacaciones: Los trabajadores que disfrutan de largos perÃodos
vacacionales tienen más dificultades para volver a la rutina, puesto que se han
acostumbrado a una situación y, de pronto, tienen que romper con ella. Se dice que un
hábito necesita alrededor de 3 semanas (21 dÃas) para implementarse. Es por ello que las
personas que dedican más de 3 semanas a sus vacaciones son más propensas a contraer
el sÃndrome.
• Entorno laboral: El entorno laboral influye de manera directa en los trabajadores y en
sus posibilidades de tener depresión postvacacional. Aquellos que regresan a un entorno
hostil, en el que deben lidiar con un jefe incompetente, que no les valora o que no motiva
lo suficiente a su equipo son más susceptibles. Asà como aquellos que se encuentran con
un mal ambiente entre compañeros, aquellos que realizan tareas repetitivas o que ya no
están ilusionados con su trabajo, son más propensos que el resto.
¿Cómo saber si tengo depresión postvacacional?
Aunque los sÃntomas son diversos y cada persona los experimenta de una manera diferente, las
señales más habituales son la apatÃa, el cansancio, la falta de energÃa y la dificultad para
concentrarse en las tareas. Otros sÃntomas frecuentes en estos trabajadores son los trastornos
del sueño, el nerviosismo, el estrés o, incluso, la tristeza.
Existen casos extremos en los que el trabajador puede experimentar ataques de ansiedad, dolor
de cabeza o malestar general, aunque afectan a la minorÃa.
Con este amplio abanico de sÃntomas, parece difÃcil detectar esta dolencia, aunque en todos los
casos existe un hilo común, que es el momento en que los sÃntomas comienzan a manifestarse:
tras haber disfrutado de un perÃodo vacacional o de descanso continuado.
La duración del sÃndrome postvacacional también puede variar de unos casos a otros. Los casos
más leves reflejan dificultades durante 2 o 3 dÃas. Sin embargo, es habitual que los sÃntomas se
alarguen hasta las dos semanas. Los casos más extremos podrÃan durar meses.
El sÃndrome postvacacional se puede prevenir en la mayorÃa de los
casos
La parte positiva de todo esto es que, en la mayorÃa de los casos, una correcta actuación previa a
la vuelta al trabajo puede servir para evitar este sÃndrome. La clave radica en hacer que la
transición entre las vacaciones y el trabajo sea lo más leve y llevadera posible.
Y, ¿cómo
conseguirlo?
Existen algunas medidas de alta efectividad y fáciles de llevar a cabo y todas ellas pasan por
adelantar esa transición y tomar el control de la situación en los dÃas previos a la vuelta.
Para aquellas personas que acostumbran a acostarse y levantarse tarde durante sus vacaciones,
es recomendable que retomen el horario de sueño habitual de los dÃas de trabajo de manera
paulatina. Es decir, que a medida que se acerca el fin de las vacaciones, deberán acostarse cada
dÃa un poco más temprano y haciendo lo mismo a la hora de levantarse.
De esta forma, el cuerpo
no notará un cambio tan brusco.
#SÃndromePostvacacional
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En esta lÃnea, es preferible no volver del lugar de vacaciones el dÃa anterior a la vuelta al
trabajo. Es mejor hacerlo unos dÃas antes para que el trabajador regrese a su entorno habitual y
tenga tiempo para retomar su actividad diaria.
Dado que la duración de las vacaciones es un factor que juega en contra, una buena opción para
"regatear" a este sÃndrome es dividir los dÃas de vacaciones a lo largo del verano para no llegar
a crear hábitos de vida de los que luego costará huir. Por ejemplo, si se dispone de 21 dÃas de
vacaciones, se pueden hacer dos descansos, uno de una semana y otro de dos semanas. De esta
forma será más fácil la vuelta a la rutina.
Además de seguir estos consejos, los trabajadores deben afrontar la reincorporación con una
actitud positiva, sin pensar que el trabajo es una carga, pues eso puede hacer que se agudicen
los efectos de la depresión postvacacional.
Si ya tengo el sÃndrome, ¿cómo puedo combatirlo?
Terminar con la depresión postvacacional es sencillo siempre y cuando se ponga fuerza de
voluntad. Entre los trucos más efectivos se encuentran el de levantarse algo más temprano de lo
habitual para ir al lugar de trabajo.
Aunque pueda parecer contraproducente, el hecho de
disponer de más tiempo por la mañana ayuda a afrontar el dÃa sin prisas y sin agobios.
Siempre que sea posible se recomienda retomar el trabajo de forma gradual y evitando
grandes cargas de trabajo.
Otra manera de mitigar los efectos de la depresión postvacacional es realizando actividades
saludables, como el deporte, y llevando una buena alimentación.
No obstante, lo más importante es centrar toda la atención en los aspectos positivos, como las
relaciones con los compañeros o todo aquello que pueda generar ilusión y motivación.