Ballerina es sin duda la mejor manera de alargar una fórmula contrastada y rentable llamada John Wick. Los artífices de la exitosa saga sitúan este spin-off entre la tercera y cuarta entrega. En clave femenina, responde a unos patrones similares, si bien las secuencias de acción continúan ofreciendo detalles imaginativos, sorprendentes e imposibles. Por otro lado, utiliza un pretexto convencional y manido para justificar la sed de venganza que mueve a la protagonista. No obstante, sus 125 minutos apenas dan respiro y procura evitar el agotamiento del espectador creciendo en intensidad, al tiempo que asombra con unas piruetas increíbles.
Siendo niña, Eve Macarro presenció el asesinato de su padre. Ella logró sobrevivir y fue entrenada durante años por la Ruska Roma, una organización criminal representada en la Alta Mesa. No ha superado el dolor que le causó tan terrible suceso y solo piensa en encontrar a los culpables. Con el adiestramiento recibido y tras demostrar sus habilidades, consigue averiguar que un numeroso clan de psicópatas violentos, cuyo líder no tiene escrúpulos, ejecutó aquel ataque letal. Ahora, no se detendrá hasta ajustar las cuentas pendientes, ignorando las consecuencias que esa decisión puede acarrear.
Vincula el origen de la trama a unos conflictos familiares que nunca se explican con claridad. En el último tramo deja entrever que todo está ligado al sentir fanático de pertenencia a una secta. No explota demasiado esa idea y se limita a alimentar la excusa argumental que impulsa el relato.
Dejando este aspecto al margen, el guion controla los tiempos adecuadamente. Igual que en los largometrajes con los cuales emparenta, el dominio del ritmo narrativo vuelve a resultar esencial.
Atenderá sobradamente las expectativas de los seguidores. Abundan los tiroteos, las artes marciales, las peleas y las explosiones, en unas escenas diseñadas con minuciosidad y dimensionadas por unos destacados efectos de sonido. Logran siempre la espectacularidad que pretenden. Y además, recupera puntualmente personajes y lugares conocidos.
Por lo tanto, gran parte de sus méritos residen en los diferentes apartados técnicos, sin olvidar a los especialistas que han participado.
Sin embargo, sería injusto obviar la implicación y el esfuerzo realizado por Ana de Armas. Como sucede con la ficticia heroína del filme, se ha dejado la piel en el papel. Se lucen bastante menos los veteranos Anjelica Huston y Gabriel Byrne, que asumen unos roles muy planos.