Cuando se pone en marcha una pequeña o mediana
empresa, lo más común es que toda la energÃa se concentre en lo urgente:
vender, atraer clientes, mantener la operativa al dÃa y, en definitiva, lograr
que el negocio arranque. Pero entre presupuestos, entregas y correos por
contestar, hay ciertos trámites legales que suelen quedar relegados a un
segundo plano. Y aunque no suenen tan emocionantes como una nueva venta, pueden
terminar convirtiéndose en un auténtico dolor de cabeza si se descuidan durante
demasiado tiempo.
Por eso, aquà van cinco gestiones legales que
muchas PYMES pasan por alto y que, si no se resuelven a tiempo, pueden acabar
costando mucho más de lo que imaginas.
Hacerse autónomo… pero bien
SÃ, parece básico, pero sigue pasando: algunos
emprendedores empiezan la actividad sin estar dados de alta correctamente en
Hacienda o en la Seguridad Social. Suele empezar con la idea de que "son solo
trabajos puntuales", pero esa mentalidad puede derivar en sanciones por parte
de la Agencia Tributaria y otros quebraderos de cabeza si algún dÃa necesitas
justificar tu actividad para pedir una ayuda, acceder a un crédito o pasar una
inspección.
La protección de datos no es solo
cosa de grandes empresas
La ley de protección de datos no es algo
exclusivo de las grandes corporaciones. Cualquier pyme que recoja, almacene o
gestione información personal de clientes, empleados o proveedores está
obligada a cumplir con la normativa. Esto incluye tener una polÃtica de
privacidad clara, asegurarse de que los datos están protegidos adecuadamente, y
registrar tratamientos si corresponde.
¿Tienes código LEI? Tal vez
deberÃas
Este es uno de esos trámites que suenan
lejanos, casi como si fueran cosa de grandes multinacionales, pero que en
realidad también afectan a muchas PYMES, especialmente si tienen relación con
productos financieros, inversiones o participaciones en mercados. El código LEI
(Legal Entity Identifier) es un identificador único obligatorio para personas
jurÃdicas que operan con activos financieros, y no tenerlo puede impedirte
realizar determinadas operaciones bancarias o bursátiles. Si no tienes claro
cómo se consigue o por dónde empezar, el registro LEI es una buena opción para
informarte y ponerte al dÃa antes de que llegue una urgencia financiera.
Nada de contratos de palabra ni
arreglos informales
Hay quien contrata al personal "de palabra" o
mediante acuerdos informales porque la relación es de confianza o porque se
piensa que "solo será por unos dÃas". Error. No tener un contrato legal, por
muy puntual que sea el trabajo, puede generar conflictos legales y laborales
que luego cuestan mucho más que el tiempo que llevarÃa hacer bien el papeleo.
Además, el Estatuto de los Trabajadores es claro: toda
relación laboral debe estar regulada por contrato, y eso también incluye
prácticas, becas o colaboraciones freelance.
Registrar tu marca deberÃa ser
una prioridad, no un lujo
Montas tu empresa, diseñas el logo, eliges un
nombre genial, lanzas la web… y no registras la marca. Es uno de los errores más
habituales entre PYMES y startups. Mientras nadie use un nombre parecido, todo
va bien. Pero si un dÃa aparece otra empresa reclamando que ese nombre es suyo
porque sà lo registró, puedes verte obligado a dejar de usarlo. Y eso implica
rehacer todo: identidad, web, redes sociales, packaging... Un gasto innecesario
que podrÃas haber evitado con un trámite rápido y barato al principio.
Tener al dÃa estas gestiones es una forma
inteligente de proteger tu negocio y evitar sobresaltos innecesarios. Porque
cuanto más sólida sea tu base legal, más libertad tendrás para centrarte en lo
realmente importante: hacer crecer tu empresa sin sustos por el camino.