En
nuestra sociedad se han instalado dos palabras, dos conceptos más
exactamente, que están llamados a representar el mayor cambio
cultural de nuestro siglo, si es que realmente se consigue. De
momento, pretenden un cambio en nuestra forma de pensar y en
nuestra forma de actuar. Se trata de unas palabras que intentan
convertirnos a todos en personas excelentes, de cambiar el mundo, de
transformar la tierra en el ParaÃso que deberÃa ser. Dos palabras
que se han colado en el pensamiento de los gobiernos, de las
asociaciones, de los artistas, de los periodistas, de los
comerciantes… Dos palabras, en fin, que son como los principales
mandamientos de la nueva religión, pero no les mantendré más en el
suspense. Esas palabras son: sostenibilidad y solidaridad.
En
nuestra sociedad de antes, la de hace cuarenta o cincuenta años,
quizá no tantos, no existÃa eso de la sostenibilidad, quizá no
habÃa nada que sostener o no nos dábamos cuenta, pero ahora
todo se hace mirando la sostenibilidad, o al menos, haciendo como que
miramos por ella: la energÃa, los bosques, las construcciones,
el planeta entero, todo está bajo la lupa y la etiqueta de la
sostenibilidad, pero ¿se cumple realmente? El otro dÃa leà en el
periódico un titular sobre una "falla sostenible". Me
parece que, en este caso, el mensaje que se ha pretendido, con
esa moda de hacerlo todo sostenible, queda más bien ridÃculo,
porque yo me pregunto, ¿Qué es una falla sostenible? Como no
sea que está hecha con cartón y trastos viejos, como se antaño…
pero seguro que no es asÃ.
En
cuanto a la solidaridad. Qué podrÃamos decir de la solidaridad, que
no dijera ya aquel Jesús de Nazaret que dicen que vivió hace algo
más de dos mil años. ¿No es verdad que con el uso y abuso del
vocablo, estamos desvirtuado totalmente el concepto?, ¿o es que
ahora ya no tiene el mismo valor? ¿Se han dado cuenta de
cuantas cosas hay con el marchamo de solidarias? Vean: conciertos
solidarios, exposiciones, carreras, partidos de futbol,
campañas, iniciativas, compras, juegos, economÃa, sÃ, sÃ,
economÃa solidaria (que me lo expliquen), paella solidaria y,
hasta justicia solidaria que más parece una broma de mal gusto,
puesto que la justicia es sólo justicia o no lo es.
La
solidaridad es un sentimiento muy noble y elevado y de tratarlo con
esa ligereza, lo estamos devaluando. La sostenibilidad es algo vital
para nuestro mundo, pero que no se cumple. ¿Qué hacemos, pues,
con tanta contradicción?