El veterano cineasta italiano Uberto Pasolini (Nunca es demasiado tarde, Cerca de ti) firma esta digna versión de La Odisea. Con una austera pero eficaz puesta en escena, unos actores sobresalientes y un elaborado guion, que impulsa la narración sin precipitarse, despierta interés desde el principio. Se centra en la última parte del largo poema épico de Homero. Omite los episodios fantásticos y aborda fundamentalmente los aspectos humanos de corte dramático. Además, en cierta manera, actualiza sus lecturas al enfatizar el mensaje antibelicista que contiene el relato.
Hace 20 años Ulises se fue con sus hombres a la guerra de Troya. Se consagró como un héroe al concebir el gigantesco caballo de madera que dio una victoria asoladora a los griegos. Terminó así con una década de combates sangrientos; sin embargo, no regresó a Ítaca. Su esposa, la reina Penélope, continúa esperándole y rechazando a los numerosos pretendientes que quieren ocupar el trono. Todos dan por muerto al antiguo rey, incluso el príncipe Telémaco, el hijo que no llegó a conocer. Pronto comprobarán que se equivocan.
La historia, antecesora lejana y evidente de las tragedias shakespearianas, alterna con fluidez la atención entre los dos protagonistas. Ambos transmiten con fuerza su desazón gracias a unos cuidados diálogos y unas expresiones elocuentes. Son los pilares de una intriga que crece en tensión, salpicada por momentos violentos. Asistimos a secuencias crudas y contundentes que provocan escalofríos.
La lucha por el poder enfrentado al amor incondicional, las atrocidades cometidas durante la contienda y la búsqueda de redención recorren la trama. Estalla en los minutos finales, que están dominados por la acción y la épica. No obstante, el epílogo se antoja un tanto tibio.
La sencillez que aplica el diseño de producción se plasma especialmente en las localizaciones y el vestuario. Paradójicamente, al carecer de los típicos artificios hollywoodenses, gana en realismo. Resulta esencial el trabajo del departamento de fotografía. Engrandece los bellos paisajes insulares de Corfú y maneja adecuadamente la luz en los espacios interiores.
Ralph Fiennes y Juliette Binoche (Cumbres borrascosas, El paciente inglés) nos acercan a las tribulaciones de sus personajes con unas interpretaciones irreprochables. Cumple con oficio Ángela Molina encarnando a la nodriza Euriclea, mientras que apunta buenas maneras el joven Charlie Plummer (Moonfall).
Cabe complementar su visionado con la adaptación que realizó en 1954 Mario Camerini, cuyo reparto encabezaban Kirk Douglas, Silvana Mangano y Anthony Quinn, o esperar a 2026, cuando Christopher Nolan estrenará la suya, seguramente la más ambiciosa.