Liso o rizado; rubio, castaño, moreno o pelirrojo; fosco, fino o
inexistente. La apariencia del pelo y su distribución por todo el cuerpo
varía enormemente entre distintas personas, y algunos rasgos dependen
de la procedencia geográfica. Por ejemplo, la variación natural del
color se limita a Eurasia occidental, y las poblaciones nativas del
África subsahariana no tienen el pelo liso.
Pocos estudios han
ahondado en la base genética que explica la gran diversidad de las
características del pelo. Hasta ahora, los científicos habían
identificado el patrón de la calvicie en hombres, el color del cabello y
el aspecto rizado del pelo en muestras ancestrales de Europa y del este
de Asia.
"Este hallazgo podría ser relevante para el desarrollo de
tratamientos que retrasen la aparición de las canas", explica
Ruiz-Linares
Ahora, un equipo internacional de científicos, con participación de
la Universidad de Oviedo, ha descubierto diez variantes genéticas que
influyen en la apariencia del cabello humano. El estudio, publicado hoy
en Nature Communications, ha permitido analizar una muestra de
6.357 voluntarios de cinco países de Sudamérica (Brasil, Colombia,
Chile, México y Perú) con diferente composición genética ancestral
–europea (48%), nativos americanos (46%) y africana (6%)–. El objetivo
fue identificar genes asociados con las canas, el color, la densidad y
la forma del cabello –liso o rizado– y el vello facial.
Los
científicos destacan el hallazgo del primer gen asociado al
encanecimiento, lo que confirma que este rasgo tiene un componente
genético y no se debe solo al medio ambiente. El gen IRF4 era conocido
por desempeñar un papel importante en la determinación del color del
cabello, pero también está relacionado con las canas.
"Ya se
conocían varios genes implicados en la calvicie y el color del cabello,
pero esta es la primera vez que se identifica un gen asociado al cabello
blanco de los humanos, así como otros asociados a la forma y densidad",
declara el autor principal del trabajo, Kaustubh Adhikari, del
departamento de Biología Celular y del Desarrollo de la University
College de Londres (Reino Unido).
"Ha sido posible gracias a que
hemos analizado un grupo muy diverso de personas como son los
latinoamericanos, lo cual no se había hecho a esta escala
anteriormente", añade el experto.
El gen IRF4 se encarga de
regular la producción y el almacenamiento de melanina, el pigmento que
determina el color del cabello, la piel y los ojos. Las canas son
causadas, precisamente, por la ausencia de melanina en el pelo.
Los
científicos creen que esta asociación genética podría proporcionar un
buen modelo para comprender aspectos del envejecimiento en humanos.
"Además, podría ser importante para el desarrollo de tratamientos que
retrasen la aparición de las canas", explica Andrés Ruiz-Linares, otro
de los investigadores en la University College de Londres.
El
hallazgo abre la puerta al desarrollo de tecnologías de ADN en medicina
forense para reconstruir perfiles visuales basados en la composición
genética de un individuo. Estudios anteriores han utilizado
principalmente muestras de personas con ascendencia europea, pero estos
nuevos resultados podrían permitir reconstrucciones en Latinoamérica y
en el este de Asia.
Además, también se podrían utilizar estos
datos para crear nuevas aplicaciones cosméticas que cambien la
apariencia del cabello a medida que crece en el folículo, retrasando o
bloqueando el proceso de encanecimiento.
El descubrimiento respalda la idea de que las características del pelo se definen por selección natural o sexual
Los otros genes que influyen en el cabello
Los
científicos descubrieron además otro gen llamado PRSS53 que influye en
la forma del cabello. "La enzima PRSS53 funciona en la parte del
folículo piloso que moldea el crecimiento de la fibra capilar, y esta
variación genética, asociada con cabello liso en poblaciones del este de
Asia y los nativos americanos, soporta la idea de que la forma del
cabello ha estado sometida recientemente a selección natural en la
familia humana", señala Desmond Tobin, coautor del trabajo y miembro del
Centro de Ciencias de la Piel de la Universidad de Bradford (Reino
Unido), que ha hallado este gen.
El equipo de investigación
encontró también genes que controlan el grosor y la forma del pelo de la
barba, otros que están relacionados con el grosor de las cejas y el de
la prevalencia de la unión de ambas cejas por el entrecejo.
Según
Adhikari, el análisis del genoma respalda la idea de que las
características del pelo se definen por selección natural o sexual. "Es
poco probable que los genes identificados funcionen por separado para
causar encanecimiento, pelo liso o cejas gruesas. Estos deben desempeñar
un papel conjunto con muchos otros factores aún por identificar",
recalca el investigador.