A Vox le puede pasar como a Podemos: éxito fulgurante, llegada al poder y caída por sus propias incoherencias. Lo veremos en el futuro. De momento, Pablo Iglesias, líder del partido morado, ya comienza a pagar las contradicciones entre lo que predicaba hace sólo unos años y la realidad que ha venido después. Los votantes de Podemos llegados del movimiento 15M, los antidesahucios, los indignados con las consecuencias de la crisis económica, no le perdonan su incoherencia vital: de pregonar su deseo de vivir en su barrio humilde de toda la vida a comprarse un casoplón con su pareja y también líder de Podemos. Los anticasta convertidos en la casta que ellos denunciaban. Y la envidia del pueblo español. Determinantes para interpretar la caída de Podemos. Su líder se quedó sin fuerza moral.
Dejad que Vox toque poder.