Tanto Mónica Oltra... Tendremos que reconocerle al 
President Puig
 su afán por ejercer su papel institucional como el primero de los valencianos, aún cargando con la poca legitimidad de arrastrar los peores resultados del PSPV de la historia. Su feliz argumento, para contrarrestar el 
mestizaje
 puesto de moda por Compromís, ha sido el concepto de 
coser la Comunitat Valenciana
, novísima definición de la tan manida vertebración. Y ha estado acertado, oiga. Más aún cuando los socialistas valencianos han roto su letargo endémico y comienzan a manejarse como políticos concienciados con su tierra. Algo tendrá que ver verse arrastrados por sus benditos coaligados.
          Esta misma semana ha comenzado el Palau de la Generalitat suscribiendo acuerdos y movilizando alianzas. El 
Este existe
 y se organiza. La periferia tiene vida propia, fuera de un sistema radial castellano empobrecedor y miope. Y así en un mismo día la Consellería de Territorio, bien comandada por el Secretario	Autonómico 
Josep Vicent Boira
 que le aporta consistencia intelectual, recibe la visita del Conseller catalán del ramo 
Josep Rull
 y se conjuran en denunciar los incumplimientos del Estado para con el Corredor Mediterráneo; y a la par 
Ximo Puig
 bien amparado por el Conseller de Hacienda 
Vicent Soler
 -el alma patriótica del socialismo valenciano- enrolan en su frente por una nueva financiación autonómica a sus homólogos murcianos. El 
Arco Mediterráneo
 al completo, Catalunya, Comunitat Valenciana y Región de Murcia al unísono contra la sordera central. Los nuevos tres tenores.
          Lo mismo debería aplicárselo la líder popular 
Isabel Bonig
, paralizada en su quehacer orgánico por las intromisiones desde la sede de la calle Génova. Por ello, visto lo visto, no debería dejar que quedara en agua de borrajas su posición ya hace un tiempo reafirmada, al respecto de la refundación del PPCV. Junto a sus tres tenores particulares, los presidentes provinciales 
Pepe Císcar, Vicente Betoret y Javier Moliner
, propugnaron la celebración de un congreso extraordinario para la renovación total de la organización valenciana. Y una vez se despeje el horizonte de desgobierno actual y se convoquen nuevas elecciones, deberían imponer la convocatoria del mismo, sin esperar tutelas -ni tu tías- desde Madrid. Como actúa el PP gallego, que siempre va a su buen aire y al ritmo decidido por 
Núñez Feijóo
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