En Benimaclet pueden encontrar esta escena. Han dejado el sillín y el cuadro. Han tenido ese detalle, pues con las ruedas lo clásico es apoderarse también del sillín. Las bicicletas se han puesto de moda en Valencia, como en Amsterdan, y como allí ocurre, es el deporte de cada día robar bicicletas. Tan deprimida y depauperada ha quedado la máquina que su dueño ya ni se ha molestado en recoger las migajas que los ladrones le han querido dejar. La plaga del robo de bicicletas va en aumento en Valencia, es una epidemia, como el coronavirus.
B. Bueno.