La fisioterapia y readaptación han "devuelto la vida" a María Teresa Torres, afectada de polio desde los 2 años, quien en octubre pasado sufrió una caída al perder fuerza en la pierna derecha que le impedía moverse sin la ayuda de muletas y ahora puede caminar sin ellas y sin el dolor, a veces insoportable, que padecía.
En esta mejoría en su estado, que lleva a María Teresa a asegurar que está "feliz" porque le "han cambiado la vida", ha contribuido el Instituto Musculoesquelético Europeo IMSKE de Valencia, un modelo pionero de hospital en España dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento integral de todo el aparato locomotor.
María Teresa, que en julio cumplió 61 años, explica a EFE que contrajo la poliomielitis porque a su madre "se le pasó" llevarla a que le pusieran la vacuna, que sí recibieron sus hermanos y primos en Valdepeñas de Jaén, el pequeño pueblo andaluz donde nació.
Su padre, que entonces trabajaba en Holanda, regresó a España y puso todo su empeño en que pudiera andar; trasladó a la familia a Valencia, donde le dijeron que había "un especialista muy bueno, el doctor don Álvaro, que operaba de polio".
A los 5 años fue intervenida en el Hospital de la Malvarrosa, donde estuvo ingresada hasta los 10, en lo que recuerda como "los cinco años más horribles" de su vida.
Posteriormente llevó una vida normal, siempre acompañada de una cojera pero sin el uso "de aparatos ni hierros", pero hace cerca de cinco años comenzó a sentir "mucho dolor". "No podía doblar la pierna, me caía muchas veces", señala.
La poliomielitis, también conocida como polio, es una enfermedad viral infecciosa e incurable que afecta al sistema nervioso. La mayor incidencia de la enfermedad se produce sobre todo en los menores de 5 años.
María Teresa, que tiene un grado de discapacidad del 33 % que le dieron hace solo año y medio, confiesa a EFE: "Lo he pasado francamente mal con lo de la pierna pero me he ido defendiendo, he sido siempre optimista".
Además, afirma que ningún médico le ha hecho "nunca" caso de lo que tenía y se limitaban a vendarle la pierna y le decían "que no tenía nada". De hecho, la primera resonancia magnética de su vida se la hicieron hace un año y medio.
En octubre del pasado año se cayó en la calle al fallarle la pierna y no se pudo levantar. "Me la vendaron hasta la ingle, diciendo que no tenía importancia y que a los veinte días me lo quitarían, pero cuando lo hicieron ya no andaba".
Al haberse producido en plena pandemia, el médico le dijo que hasta marzo de 2021 no podría visitarla, por lo que acudieron a un traumatólogo del Hospital Quirón, quien confirmó que su caso era inoperable y le pusieron una rodillera ortopédica para sujetar la pierna.
El 23 de noviembre acudió en muletas al IMSKE, donde desde entonces ha estado realizando un tratamiento de fisioterapia y readaptación que le ha permitido, desde hace cerca de un mes, no llevar nada en la pierna y caminar sin muletas.
"Desde que empecé en IMSKE no me ha vuelto a doler la pierna y antes tenía unos dolores que me impedían doblarla -confiesa-. Estas terapias me han devuelto la vida y cuando me preguntan todos los días cómo estoy, yo digo que feliz".
Recomienda la administración de vacunas tras recordar que está en esta situación por no haberse inoculado la de la polio. "Si me la hubiera puesto, no habría pasado por todo lo que he pasado, porque una persona con polio tiene la vida marcada para siempre. Es una gran putada".
El coordinador del área de Fisioterapia y Readaptación de IMSKE, Borja Moltó, explica a EFE que María Teresa acudió "muy preocupada por no poder andar. Quería volver a ser independiente y no tener que depender de las muletas para desplazarse".
Explica que no podía mantener una semiflexión de la rodilla cuando andaba y tenía que hacerlo con la pierna completamente estirada. "Tenía una gran falta de fuerza, estabilidad y control motor en toda la pierna", precisa.
Desde el principio, un fisioterapeuta y un preparador físico o readaptador han trabajado con ella para que recuperara la fuerza muscular y en ganar movilidad y funcionalidad, indica Moltó, que señala que el médico rehabilitador Pedro Castells, que atiende a María Teresa y quien propuso el plan de fisioterapia, se ha sorprendido de su "buena evolución".
En el futuro deberá realizar la rutina de ejercicios, combinando las instalaciones de IMSKE con su domicilio.
Concha Tejerina