Ya casi estamos en verano. Eso dice el calendario, pero el termómetro nos dice otra cosa. Nos dice que de "casi", nada. Que hemos entrado de lleno en otra de esas temporadas que, si nada lo impide, se convertirán en otro cásico: el verano más caluroso en no sé cuanto tiempo. Porque, aunque ni soy meteoróloga, n pitonisa, tiene toda la pinta.
Los informativos ya han emitido varios de esos reportajes que podrÃan rescatarse del archivo de otros años, donde entrevistan a varias personas con preguntas originales e inteligentes acerca del tiempo atmosférico. Que si está pasando mucho calor, que si cómo lo combate, que si ha podido dormir esta noche. Y respuestas no menos originales, claro está: que si me pongo a la sombra, que si me doy un bañito, que si saco el abanico o conecto el ventilador o el aire acondicionado. Nada nuevo bajo el sol.
Como tampoco es nada nuevo el topicazo de la operación a bikini a la que, una vez, hemos llegado tarde porque las lorzas y los michelines se empeñan en hacernos compañÃa.
Para redondear el cÃrculo, dentro de nada llegaran las informaciones sobre el fin del curso escolar, con el cierre de escuelas y desesperación de los padres, que no saben qué hacer con sus criaturas cuando ya no hay colegio, pero sà que hay trabajo. Nos hablarán de campamentos, escuelas de verano y actividades varias, lo sé. Tampoco hay que ser adivina para saberlo.
Un tópico tras otro, sin duda. Pero esta vez he de decir que se agradece. Que, con tanta noticia de polÃticos enfrentados, de una bronca tras otra, de audios, vÃdeos y grabaciones que supuestamente destapan escándalos que luego serán o no serán, algo superficial y previsible es como un bálsamo para nuestros sentidos. Es una especie de agarradero a una realidad que no falla. Pase lo que pase, el calor, las playas, las sombrillas y los trajes de baño estarán ahà esperándonos.
Ahora ya solo faltan los consabidos concursos de televisión con piscina incorporada para todos los públicos. Chapuzones, caÃdas, y toda la pesca. O cualquier sucedáneo que valga.
Y, por supuesto, espero ansiosa una nueva reposición de "Verano azul". Porque sin la enésima muerte de Chanquete no hay verano. Bastante nos ha costado superar que ya no haya canción de Georgie Dan para poner banda sonora al verano para que también nos quiten eso. Verdad verdadera. Y calurosa, por descontado