El 13 de marzo de 2020 se
decretó en España un estado de alarma sin precedentes debido a la
crisis sanitaria de la COVID-19. En las semanas más duras de la
primera ola de la crisis, además del inolvidable sufrimiento de los
enfermos y familiares, esta etapa se caracterizó por la solidaridad
en forma de un cumplimiento generalizado del confinamiento por parte
de la población y por un reconocimiento de los héroes de la
pandemia. Si recuerdan, este simbólico reconocimiento se plasmaba
diariamente mediante los aplausos diarios en muchos balcones y
ventanas a sanitarios, policÃas, bomberos y demás servicios
esenciales, entre los que se incluÃan las personas que diariamente
desde el campo, desde las granjas, desde el mar y desde la cadena de
distribución nos proveÃan de alimentos, impidiendo que el shock
sanitario y de productos médicos, también se convirtiera en un
shock de oferta de cualquier otro producto básico alimenticio, sobre
todo en las grandes ciudades y poblaciones geográficamente más
solitarias.
Dos
años después de todo esto, parece que este reconocimiento real y
sentido ha pasado al olvido, no por parte de los ciudadanos de a pie,
sino por parte de los gobernantes estatales. Nuestros sectores
agrÃcola, ganadero y pesquero han sido equivocadamente siempre los
grandes olvidados de los sucesivos gobiernos de la nación, obviando
el gran peso que tienen estos sectores en nuestro propio paÃs y en
el extranjero.
En
materia de agricultura, España es una potencia mundial. Con datos
del año 2021, del total de población de España, casi el 10% vive
en zonas de explotación rural, alrededor de 300.000 personas se
dedican a labores relacionadas directamente con el campo y la
contribución de la agricultura al PIB de España es del 3%. La
industria agrÃcola española es uno de los principales sectores
económicos del paÃs en términos de empleo, volumen de negocios y
exportaciones, siendo las exportaciones agrÃcolas superiores a
nuestras importaciones, por lo que la balanza comercial es siempre
positiva.
España
lidera actualmente la producción mundial de aceite de oliva, es uno
de los principales productores de vino del planeta y, junto con
Francia, está considerada como la 'despensa de Europa' en cuanto
a productos provenientes del campo. Sin embargo, por ejemplo, en el
periodo comprendido entre 2014 y 2020, España recibió fondos
europeos destinados a la agricultura en un valor porcentual
significativamente inferior respecto a Suecia, Finlandia, Austria,
Francia, Irlanda, Alemania o Dinamarca.
Respecto
al dÃa a dÃa de nuestros agricultores, recuerden por ejemplo, que
en febrero de 2020 ya hubo un estallido en las calles en forma de
manifestaciones por la caÃda generalizada de los precios a pie de
campo y su nulo retorno. Esta situación, dos años después, sigue
manteniéndose, acentuada aún más por la acuciante inflación, que
está atacando directamente a la cesta de la compra de los
ciudadanos. Ahora, a pesar de que pagamos más por las frutas y
verduras, todo el nuevo margen excesivo repercutido en el precio
final que pagamos se queda, sobre todo, en la cadena de distribución
y no en el agricultor.
En clave autonómica, el fin
de 2021 nos ha traÃdo, de nuevo, un
cierre de ejercicio catastrófico para la agricultura valenciana. Los
representantes de los agricultores han cifrado en 640 millones de
euros las pérdidas que el sector acumula, además de que los costes
de producción se han disparado debido a la inflación que afecta a
la electricidad en más del 250%, al gasóleo en más del 70% o a los
abonos en casi el 50%, entre otros muchos más costes sin control. A
esto, hay que sumarle los problemas históricos de abandono de
tierras, la falta de relevo generacional, las enfermedades y plagas
de las cosechas, los daños por la meteorologÃa o por la propia
fauna natural, asà como la pérdida
de competitividad de los productos, la disminución de los márgenes
de beneficios, la desigualdad en el reparto autonómico de ayudas de
la PAC o una ley de Estructuras Agrarias sin proyectos claros ni
presupuesto definido, entre otros muchos más problemas tangibles y
cuantificables.
Ante esta situación, desde
Ciudadanos hemos llevado a todos los órganos en los que estamos
representados a nivel autonómico y local un plan de choque para el
sector agrario valenciano, un plan de eficiencia energética, una
baterÃa de medidas de apoyo a la exportación, la puesta en marcha
de una Ley de Estructuras Agrarias y proyectos de mejora de los
controles, las inspecciones y la trazabilidad de producto. Toda una
baterÃa de medidas para nuestro campo y nuestros agricultores, que
nos hacen ser útiles.
Respecto a la pesca, España
es la principal potencia pesquera de la UE. En los últimos 20 años,
el sector pesquero español se ha modernizado y profesionalizado
significativamente, siendo un referente mundial por sus ejemplares
prácticas y por su compromiso con la sostenibilidad. Con datos de la
Confederación Española de Pesca (CEPESCA), España tiene una flota
de 9.000 buques pesqueros, alrededor de 1.000.000 toneladas anuales
de capturas marinas y da empleo directo a casi 35.000 personas. Sin
embargo, desde el año 2020, el sector se ha enfrentado a una
auténtica tormenta perfecta, proveniente de la propia PolÃtica
Pesquera Común –PPC-, cada vez más restrictiva y que pasa por
aplicar a la flota española el llamado 'Rendimiento Máximo
Sostenible', intensificar las obligaciones de desembarque y tener
que lidiar con toda la incertidumbre que ha supuesto y va a suponer
los efectos del Brexit en el sector. Todo ello, una vez más, con
unos gobernantes que le dan continuamente la espalda a nuestra pesca.
Me
dejo para el final de este artÃculo a la ganaderÃa. Sobre todo,
porque colea recientemente, una vez más, el escándalo mayúsculo
del ministro de Consumo Alberto Carlos Garzón. Lo que faltaba por
oÃr y leer es que desde el propio Gobierno de España se haya
atacado
a nuestra propia ganaderÃa. Me pregunto qué será lo siguiente. En
2021, nuestro paÃs exportó productos cárnicos por valor de
7.347,3 millones de euros, la mayorÃa porcino (4.602 millones).
AndalucÃa, Castilla y León, Cataluña o Aragón son regiones
lÃderes en cabezas de ganado en la Unión Europea. España es el
quinto exportador mundial de carne. Lo kafkiano es que desde el
propio Gobierno de España se ataca increÃblemente a un sector
propio, que tiene más de 14.000 ganaderos y emplea directa o
indirectamente a más de 100.000 personas.
El Consejo de Ministros está
para gobernar y desarrollar polÃticas de sostenibilidad económica,
ambiental, social y para apoyar al mundo rural, a su ganaderÃa y
agricultura, asà como a la pesca española. El Consejo de Ministros
no está para tener comentaristas con escaso acierto como el Ãnclito
Garzón, pues con sus declaraciones, perjudica a los ganaderos y daña
la imagen de España, pudiendo generar un efecto de desplazar la
producción cárnica a otros paÃses con estándares de calidad de
producto y de trato animal mucho peores que en España, que son
excelentes.
Si
a mà me preguntan sobre el modelo extensivo o intensivo, obviamente,
les contestaré que prefiero el extensivo. Pero tengan en cuenta, que
el sectarismo de Garzón es tan grande, que en sus declaraciones da
por sentado que todas las instalaciones de ganaderÃa intensiva
incumplen sistemáticamente las normas medioambientales de prevención
de contaminación de suelos y aguas. Garzón asume que la carne
producida por dichas instalaciones es de "mala calidad", y que
los animales son maltratados. Sin embargo, en la realidad, España
está entre los mejores reguladores a nivel europeo, dentro de una UE
que, de por sÃ, es de lejos el actor más ambicioso en la transición
ecológica de la ganaderÃa y la agricultura a nivel global.
De
todas formas, es curiosa la hipocresÃa del gobierno socialista,
comunista, separatista y filoetarra actual de España, con su
extensión a aquellas Comunidades Autonómas donde gobiernan los
mismos partidos. Pongo por ejemplo, que mientras en el Parlamento
Autonómico valenciano, diputaciones y principales ayuntamientos como
el de València, se debatÃa sobre el modelo de explotación
ganadera, donde CompromÃs y PSPV atacaban ferozmente el modelo
intensivo, al mismo tiempo, la ConsellerÃa de Agricultura valenciana
habÃa dado el visto bueno a la ampliación de una explotación
ganadera en la población e Ayora, pasando de 750 cerdos a 7.200
animales. Con esto queda todo dicho.
En
todo este asunto, Ciudadanos no ha dejado solo ni dejará solo nunca
al sector ganadero en ningún territorio de España. Además de
apoyar al sector y a sus productos, nuestro partido está pidiendo al
Gobierno de España un mayor compromiso con el desarrollo de las
prácticas innovadoras en el sector agroalimentario que, en
colaboración con la comunidad cientÃfica, permitan avanzan en la
mejora de la producción y su sostenibilidad. Igualmente, pedimos al
Gobierno aprobar un plan integral de ayudas especÃfico para el
sector ganadero para la mejora de instalaciones y para asegurar la
mÃnima afección a suelos y aguas, asà como el máximo nivel de
bienestar animal. Todo ello, junto con un esfuerzo para la promoción
y el consumo de los productos a nivel nacional e internacional,
reforzando su proyección y remediando los daños que hayan podido
ocasionar las declaraciones del ministro de Consumo.