El culto a la
bicicleta. Fueron los estudiantes extranjeros Erasmus llegados a Valencia
quienes nos hicieron ver y pensar que Valencia era una ciudad apropiada, por
llana y buen clima, para ir en bicicleta. Irrumpieron en nuestras calles con
las suyas y nos animaron a utilizarlas. De repente, se produjo la eclosión de
la bicicleta, su veneración, culto y praxis. La bicicleta antigua o moderna,
reliquia o lujosa, de paseo o deportiva está omnipresente en todo lugar. Años
atrás no todo el mundo podía tener una bicicleta. De la nada se pasó al 600, el
vehículo a motor, obviándola. Recuperada, hoy es símbolo y signo de estar al día,
de actualización, nos aparece por todas partes.
B. Bueno.