Spencer Tunick, el afamado retratista social estadounidense, eligió Valencia para una de esas sesiones fotográficas basadas en la presencia de un ingente número de personas desnudas. Se calcula un total de mil trescientos voluntarios los que se dieron cita frente a las Torres de Serranos para colaborar en tan magno evento artístico.
Para reflejar el empoderamiento de la mujer me cuentan que ordenó a los varones tumbarse boca arriba en el frío enladrillado y que las mujeres de pie apareciesen majestuosas colocando la planta de su pie derecho sobre el cuerpo caído del hombre desnudo.
Después, al terminar, las féminas protagonizaron desnudas una carrera por las angostas calles del casco histórico de la ciudad. Pienso que esta espontánea estampida por las calles de la Valencia antigua también merecía haber sido captada por la cámara del genial artista oriundo de Middletown .
He visto el vídeo que ha circulado por las redes sobre la "carrera" pedestre femenina que se produjo quince minutos después que los hombres abandonasen el lugar para dirigirse al centro del barrio de El Carmen donde tanto los unos como las otras dejaron ,según me informan, sus pertenencias antes de la sesión fotográfica.
Me hubiese gustado ver cómo se dirigieron al lugar donde tenían las vestimentas también los hombres para hacer un análisis comparativo de la conducta de estos ante el hecho de tener que deambular por la calle completamente desnudos. Sólo he podido ver el de las mujeres que momentos antes posaban altivas desnudas pisando a los hombres. Veo que corren ante la mirada de los transeúntes y algunas de ellas se tapan los pechos pudorosas para esconderlos de las miradas de los viandantes.
Si el artista hubiera recogido también las escenas que se produjeron tras las fotografías conjuntas anónimas, podría haberse trasladado mejor al público las tensiones que se generan con alguno de los conceptos sobre los que pretende hacernos reflexionar el autor como ocurre en el comportamiento de las personas entre la masa y cuando se siente en un ámbito más privado fuera del contexto creado. Fuera de la escenografía antes generada frente a las Torres de Serranos, vemos a mujeres que corren en busca de su ropa. Imagino que los hombres hicieron lo mismo. ¿O quizás retornaron andando tranquilamente hablando de fútbol o contando chistes?.
Se cuenta una anécdota, seguramente falsa, de un gran estadista español ( que no es lo mismo que político ) ya desaparecido -y eso es dar ya muchas pistas sobre su identidad teniendo en cuenta la ausencia de estos en España- que gustaba de darse baños de sol desnudo en invierno en alguna playa desierta del litoral gallego.
En cierta ocasión, acompañado de su asesor, dicen que paseaba desnudo por la arena de la orilla en las cercanías de una pequeña carretera local por la que raramente se utilizaba pero que en aquella ocasión circuló de improvisto un autobús lleno de viajeros. La reacción del sorprendido paseante fue la de taparse las partes intimas a lo que el asesor le gritó, "los huevos no, la cara".
El Sr. Spencer olvidó asesorar las medidas que se debían adoptar por aquellos colaboradores que no querían ser reconocidos desnudos de camino al Centro Cultural de El Carmen, lugar donde dejaron sus vestimentas, y debió advertirles que lo importante era taparse la cara tal como hizo acertadamente el avezado asesor del líder político español. Por eso, tal como decía el supuesto protagonista de la anécdota, "gobernar bien consiste en elegir bien".