Como si de Elvis
Presley se tratase, el alcalde de Rafelbunyol dice que se vacunó para dar
ejemplo. Al Rey del Rock le inocularon la vacuna de la polio para que la
población se concienciase de la importancia de hacerlo. Pero ni Fran López es Elvis ni la poliomielitis es
la covid-19.
Han pasado décadas,
las cosas han cambiado y la situación es diferente. Ahora no se vacuna a nadie
conocido para dar ejemplo, se inocula a los que más lo requieren. ¿Necesitaba
López, de 29 años, la vacuna? No.
Además, alguien que
quiere dar ejemplo lo hace público, como hizo Elvis, pero López no lo publicitó.
Por lo tanto, es una excusa como la de
"no te lo piensas, te lo ofrecen y te vacunas". Vamos a ver, un alcalde, como
mínimo, ha de pensar lo que hace, se puede equivocar o no; pero analiza los
pros y los contras de cada acción. Si tenemos un alcalde que no piensa las
cosas antes de hacerlas, apañados vamos.
Otro argumento indignante
es el de "sobraban vacunas". Cómo se atreve a decir semejante falsedad. No,
señor alcalde, faltan vacunas. Muchas. Ojalá sobraran y esta pesadilla se
acabase. Sin embargo, hay gente que espera su dosis como agua de mayo. Son
enfermos crónicos, personas mayores, profesores...
Aparte de las excusas
insultantes de Fran López, hay otros capítulos que claman al cielo en este
espectáculo protagonizado por la primera autoridad municipal. Dos actos. El
primero, irresponsable: ir a la residencia de mayores cuando nadie podía entrar
en el centro por prevención. El segundo, bochornoso: que se le hiciera un
informe exculpatorio. Por suerte la alto cargo de Sanidad, autora del informe
de la infamia, fue cesada de manera fulminante.
A todo esto hay que
sumar el último acto, la actitud lastimera del alcalde en el pleno extraordinario
para su reprobación. Como si se tratase de un actor, muy malo, eso sí, trató de
dar pena. Parecía que la víctima era él. ¡Encima!
Alcalde, se equivoca en
cada paso. Empezando por la entrada a residencia y la vacuna inmoral, pasando
por sus excusas y acabando por el pleno. Sus cómplices, los concejales
socialistas que lo sustentan, también erran. Tendrán mayoría, aunque no tienen
la honestidad que se le presupone a sus cargos. Se han saltado la ética y la
estética.
Rafelbunyol no merece
un alcalde que abusa de su poder para vulnerar las normas y encima recibe el
apoyo de los suyos. Rafelbunyol no merece ser conocido como el pueblo del
primer edil que incumplió el protocolo de vacunación en la peor crisis
sanitaria de la historia recinte. No manche más el nombre de nuestro pueblo. ¡Dimita!
Podrá seguir aferrado
al cargo todo el tiempo que quiera. No obstante, siempre será el alcalde que se
vacunó porque en vez de estar a la altura de su cargo, se aprovechó de él. Fue
el primero de una vergonzosa lista. Luego vinieron otros cargos públicos, pero
usted tiene el mérito de ser el rey de todos ellos, el rey sin ley.