En boca cerrada no entran moscas, según el refranero, tan sabio como siempre. Y, después de los excesos de las pasadas fiestas, más nos vale hacerle caso y ponernos una cremallera, porque los polvorones pasan factura. Los polvorones, el marisco, el cordero, el besugo, el cocido y hasta los pastelitos de boniato, tan propios de estos lares.
Y es que, como siempre pasa, llegado el mes de enero nos encontramos con una contradicción que no es fácil resolver. Por un lado, hay que subir la famosa cuesta de enero, que los bolsillos y las tarjetas se quedaron temblando después de comprar viandas y regalos, y no queda ot5ra que apretarse el cinturón. De otra, a ver como nos apretamos el cinturón después de todas las comilonas de estas fiestas. Asà que no queda otra que cerrar la boca y tratar de volver al cuerpo en el que estábamos antes del espumillón y las hojas de acebo.
Es un clásico de todos los años y, como otro clásico, los buenos propósitos del año que empieza, difÃcil de cumplir. Porque, en realidad, la pregunta no es si vamos a cumplir con todo ello, sino cuando nos vamos a resignar a que no lo haremos. Pura ley de vida post navideña.
Yo este año, para variar, no he hecho demasiados de esos buenos propósitos que no voy a cumplir. Me quedaré con el tradicional "virgencita como estoy" del chiste, no vaya a ser que los Reyes Magos me castiguen por ser demasiado ambiciosa, que con ellos nunca sabe una donde encontrar la justa medida.
Ahora bien, lo de quedarme como estoy viene referido a mi yo anterior a la época del turrón y la zambomba, por eso lo de cerrar la boca. Que una tiene que caber en su ropa para no pasar la cuesta de enero renovando armarios, que solo falta eso. Por muchas rebajas que haya.
Asà que, desde estas páginas, mucho ánimo a todo el mundo. A quienes se han apuntado al gimnasio, han prometido dejar de fumar, han decidido pasarse al veganismo, han comenzado la dieta de la alcachofa, de la sopa de cebolla o de cualquier otra cosa o practicar yoga cada dÃa. Y también a quienes no han hecho ninguno de esos propósitos y se conforman con seguir adelante, que no es poca cosa. Yo, si he de pedir algo, es un poco más de tiempo para leer, que tengo muchos esperando ser leÃdos y muy poco tiempo para hacerlo.