Huertos urbanos.
Vecinos
de la ciudad residentes en zona cercanas a la huerta han convertido campos
abandonados en un conglomerado de huertos urbanos, parcelitas de terreno donde
cultivan todo tipo de frutas y hortalizas. A diario acuden a ellos a cuidarlos,
mimarlos, regarlos con agua que llevan en botellas y garrafas. Algunos incluso
han hecho allí tranquilos lugares de reunión y esparcimiento. Son auténticos
diminutos minifundios a los que no les falta una cierta estética rural. Se
entretienen los "propietarios", hacen rendir las tierras abandonadas y se
autoabastecen de estas despensas huertanas que hábil y cuidadosamente han
surgido últimamente. Una manera también de hacer ecología.
B. Bueno.