Interés propio vs interés común

Los partidos políticos se constituyen en torno a unos principios, unos valores y unas líneas políticas de actuación. A partir de aquí elaboran sus estrategias para llegar a la ciudadanía. En muchos casos, creando muros de contención respecto a algunas políticas o ideales. En otros, conscientemente, generando debate y confrontación. Con este pensamiento y con el caldo de cultivo generado por los problemas económicos de las familias, la falta de liquidez para invertir de los emprendedores, y con los precios de las energías y de los carburantes que ahogan a los autónomos es lógico lo que está ocurriendo: nuestra democracia se va tensionando cada vez más y la sociedad se polariza hasta límites insostenibles.

Desde luego esta situación me preocupa mucho. Por eso, Ciudadanos (Cs) en Paterna trabaja desde la moderación y con el objetivo de limar asperezas y lograr consensos. De hecho, recientemente, hemos aprobado los presupuestos municipales llegando a acuerdos con el Partido Socialista. Sí, es evidente que no eran nuestros presupuestos, está claro que no coincidimos totalmente en muchas de las partidas que se aprobaron; pero yo me pregunto qué es mejor para el interés común de la ciudadanía y actúo en consecuencia.

De esta manera, Cs valoró si a los paterneros y paterneras les interesan más unas cuentas aprobadas solo por los socialistas o con algunas de nuestras medidas. Entre ellas destacan los incrementos de las partidas de limpieza, seguridad, desarrollo empresarial, I+D+i, educación infantil y bonificaciones en las plusvalías en caso de herencias. No tenemos duda, les benefician más unos presupuestos con las medidas impulsadas por Cs.

En este sentido, entiendo que las formaciones políticas tenemos estrategias y valores, y que hay que seguir unas líneas. Sin embargo, la mayoría de las políticas que mejoran la vida de los ciudadanos requieren acuerdos, no confrontación.

En definitiva, estamos ante un cambio de ciclo. Ahora la ciudadanía está mucho más informada y cada vez es más exigente. La sociedad nos pide que actuemos, no de actores de la farándula precisamente. Nos exige soluciones a sus problemas, que nos pongamos de acuerdo en lo importante. Hemos de tener claro que estamos al servicio de la ciudadanía y hemos de responder a sus demandas. La principal, velar por el interés general.