Todo el mundo sabe qué es una colada. Lo sabe, y lo sabÃa de siempre, aunque ahora la palabra haya adquirido una acepción nueva que poco podÃamos haber imaginado.
La colada, era -y es- la ropa que tenÃamos por lavar, o la que que ya habÃamos lavado. Es decir, algo tan cotidiano que una no se para a pensar. Pero, de pronto, en estos tiempos en que pasan cosas que jamás habrÃamos imaginado, un volcán se pone en erupción y descubrimos que "colada" es la masa de fuego y destrucción que avanza por tierra y mar sin que nadie pueda evitarlo. Como si se tratara de una cruel broma del diccionario, la colada es de lava, algo más que la tercera persona de indicativo del verbo lavar. Pero esta lava y su colada no tienen más relación con la limpieza que la de que limpian de vida todo lo que encuentran a su paso. Pura paradoja.
Pero, al igual que nos hemos acostumbrado a oÃr hablar de cosas como lava, colada, ceniza, sismo, terremoto, erupción, lengua o evacuaciones, nos hemos acostumbrado a ver esas imágenes que antes nos impactaban. Empezaron abriendo informativos y ocupando gran parte de su tiempo, fueron perdiendo minutos y ahora se limitan a una imagen pequeña sobrepuesta a un lado de la pantalla mientras las demás noticias siguen circulando. No es que no les dediquen atención, pero cada dÃa le hacemos menos caso. Y no sé si es ley de vida, o la naturaleza humana, que se hace a todo.
No es la primera vez que pasa. Y no será la última, desde luego. La actualidad y la inmediatez de oferta y demanda de noticias exige mucho, y la batalla de las audiencias todavÃa más. Asà que hay que prestar atención a otras cosas mientras la situación sigue alarmando tanto o más.
Es evidente que no se pude parar el mundo, aunque para muchas personas que viven en La Palma se haya parado, y eso es lo que no podemos olvidar. No podemos dejar de pensar en el drama humano que supone toda esa pérdida.
Recuerdo que alguien dijo que el guionista de 2020 se habÃa lucido. Pero el de 2021 le anda a la zaga. Me empieza a costar bromear con la abducción extraterrestre o el apocalipsis zombi porque, visto lo visto, todo puede pasar.
Mientras, no olvidemos a todas esas personas para las que el volcán en la Palma es mucho más que una imagen impresionante en televisión. Y no solo hoy. Necesitarán apoyo durante mucho tiempo