Cada dÃa nos desayunamos
con una nueva noticia, en estos tiempos polÃticos tan convulsos que
vivimos. Que si están investigando (lo que antes era imputado), a
uno de este u otro partido, que si este de un partido pretende hacer
pactos con otro, que si este quiere gobernar España con el apoyo de
este o del otro.
Y algunos de los que
seguimos un poco todo este devenir que no sabemos muy bien a donde
conduce, nos preguntamos ¿Esto es realmente lo que interesa a la
ciudadanÃa? ¿Esto es lo que de verdad preocupa a los españoles? La
respuesta es no, esto no preocupa al ciudadano de la calle, no nos
quita el sueño a los miles de españoles cansados y hastiados de
tanto despropósito. Basta con pasear por cualquier lugar de nuestra
geografÃa, o simplemente bajar a la calle de nuestros propios
pueblos, para darnos cuenta, de que lo que realmente nos importa a
todos, es lo mismo. Y esto es que tengamos cubiertas nuestras
necesidades básicas, que podamos vivir en paz, que tengamos trabajo,
salud y que nuestros hijos crezcan en una sociedad que pueda darles
lo que necesitan, una buena enseñanza, un buen futuro y en
definitiva un paÃs en el que vivir con esa ilusión, que parece
haberse perdido.
Los ciudadanos de la
calle, pedimos ya que se deje de inactividad a todos los niveles, que
se nos escuche.
Hemos asistido a cambios
en muchos estamentos, llámese autonómicos, locales, etc. Cambios en
los que los nuevos dirigentes polÃticos ofrecÃan mucho, muchÃsimo,
pero que al llegar a la poltrona se han quedado en nada, en
inactividad en todos y cada uno de los niveles.
Se ofrecÃa regeneración,
el cambio de la vieja polÃtica, por una nueva, que al final ha
resultado ser más vieja que ninguna, tan vieja como el paleolÃtico,
hemos tenido que ver todo tipo de parientes en las instituciones
(parejas, hermanos, primos, hijos, amigos, etc., etc.). Hemos visto
viajes pagados con cargo al erario público, hemos visto dirigentes
que cobran por todo, hasta por reunirse a hablar y todo con cargo a
los ciudadanos. Ciudadanos que continúan sin trabajo y sin poder
pagar ni la luz, ni el agua, mientras otros cobran hasta por
respirar.
Eso sÃ, todo ello con un
aura de pulcritud y de exquisitez, con el único propósito de
convencer al ciudadano de que ellos no son igual, que¨ los otros¨,
mientras mantienen una conducta mucho peor que la que ellos mismos
criticaban solo hace uno meses, haciendo lo que se les viene en gana.
Poco les han durado los principios de los que alardeaban, poco les ha
durado la "nueva polÃtica", que ha resultado ser más vieja de
lo que es nuestro viejo mundo. La historia es cÃclica y todo se
repite, ¿Por qué no se iba a repetir en estos nuevos salvadores de
la humanidad? Lo que ocurre es que en ellos ha sido casi automática,
esto es lo realmente increÃble, solo unos meses.
Que tendrán esas
poltronas, que acaban con los ideales, con los buenos propósitos,
con la honestidad y hasta mirando a muchos partidos polÃticos, con
viejas amistades, que parecÃan inquebrantables.
¿Cuándo empezaremos a
pensar de verdad en la gente que lo pasa mal?, ¿Cuándo escucharemos
de verdad a la calle? Visto lo visto, nunca. Ni los antiguos, ni los
nuevos, todos parecen cortados por un mismo patrón, que les hace
cometer una y mil veces los mismos errores.
Yo
siempre he sido una persona muy positiva, y desde esa ilusión que me
caracteriza, todavÃa tengo la esperanza de que la gente con
principios, esa gente que todavÃa conserva esos ideales de ayuda al
prójimo, se siente a hablar, que se olvide de las poltronas, y
piense en un bien común, que nos une a todos, por encima de las
siglas y de los personalismos.
Ojala a estos, a aquellos
y a los otros, les entre la cordura, piensen y vuelvan la vista atrás
y recuerden sus propósitos iniciales (que no dudo que fueran buenos)
y empiecen a pensar en lo realmente importante las personas.