Hace exactamente un año, comenzábamos 2021 sumidos en la cuarta ola de la terrible COVID-19, pero ilusionados ante las primeras vacunaciones. Los españoles nos aferrábamos a un hilo de esperanza sanitaria, después de largo periodo, en el que la realidad de la pandemia en forma de muerte, enfermedad y confinamientos masivos formó parte de nuestro día a día.
En el contexto político, el año se planteaba, a priori, estable, sin citas electorales autonómicas, ni nacionales en el calendario. Esta situación debería haber permitido a los gobiernos de cada Comunidad abordar los problemas y los retos de una pandemia mundial que invadía nuestras vidas. Pero, fue precisamente la misma pandemia la que aceleró las citas electorales, siendo el primer detonante la gran cantidad de cargos públicos de la Comunidad de Murcia que, aprovechando su posición política, decidieron vergonzosamente inmunizarse antes que nuestros mayores o que los grupos prioritarios de sanitarios y trabajadores esenciales.
Todo esto, junto a la denuncia por corrupción del vicealcalde de Ciudadanos de Murcia a los concejales del PP y las amenazas recibidas, precipitó una moción de censura a Fernando López Miras, en Comunidad murciana, que acabó siendo finalmente fallida. En el transcurso de la moción se dieron maniobras de personas que, fingiendo aún ser de Ciudadanos, no cumplieron con su partido y vendieron su voluntad política al propio PP y a Fran Hervías, que ya tenía asegurado su despacho en Génova, al lado del ínclito Teodoro García Egea.
Mientras se dirimía el asunto de Murcia, Isabel Díaz Ayuso adelantaba elecciones en Madrid, de un modo absolutamente injustificado. Esta decisión provocó un gasto inasumible para los ciudadanos madrileños de 20 millones de euros. Con esta maniobra, Díaz Ayuso consiguió su objetivo de gobernar con el apoyo de la extrema derecha de VOX, espacio radical político donde la mediática presidenta, que no cabal, está más a gusto que trabajando con el centro liberal. Las descalificaciones de Díaz Ayuso hacia Ciudadanos fueron injustas e impropias pues, como poco, la mitad del 'milagro' económico de Madrid, también fue obra de Ciudadanos.
Los meses estivales nos sorprendieron con una quinta ola, que frenó gran parte de nuestra economía turística, uno de los principales sectores de nuestro país. Han sido meses y meses los que este sector clave ha sufrido importantes pérdidas, sobre todo en aquellos lugares en los que la economía se basa en un turismo más internacional. No obstante, el gran espíritu solidario de los españoles se puso de manifiesto con la enorme movilización de turismo nacional en verano, clave para frenar parte de la caída. Por algo los españoles encabezamos la lista mundial de donantes de órganos y nos situamos en lugares privilegiados de acción social, solidaria y de cooperación con el tercer sector.
El 19 de septiembre el volcán Cumbre Vieja de la Palma inició su maldita erupción, que duró 85 días, acompañándonos con su devastación hasta finales de este año. Las imágenes de la desolación y del sufrimiento de los palmeros inundaron nuestros hogares. No obstante, también hay que poner en valor la templanza de todo el pueblo isleño y de nuevo, el apoyo y solidaridad del resto de los españoles.
El otoño nos trajo algo de estabilidad a nivel económico, aunque la subida del precio de la luz, que venía acompañándonos desde el mes de abril y que aún nos sigue machacando, ha sido la gran nota negativa. La luz es cada vez más cara en función del precio de las diferentes fuentes de energía y porque el sistema español grava el recibo con demasiados impuestos propios. Además, el hecho de ser un país meramente importador en materia energética no ayuda. La subida del precio del gas por los conflictos entre Marruecos y Argelia, junto con la escasa planificación en la eliminación de las centrales nucleares ha contribuido también al aumento del precio de la luz. Esta subida afecta a los precios básicos de los hogares, industria y queda repercutida en los precios de la mayor parte de nuestros bienes y servicios. De hecho, el año acaba con un Índice de Precios al Consumo en torno a un 5,7 interanual, algo inusitado.
Mientras que en los países llamados "desarrollados" nos empezamos a sentir egoístamente cómodos con nuestra vacunación masiva, no nos damos cuenta de la vital importancia de la necesaria universalidad de la vacuna. No conseguiremos acabar con el virus si no conseguimos que todos los países tengan acceso a las vacunas. Mientras esto ocurre, una nueva variante venida de Sudáfrica (Ómicron) se ha convertido en la protagonista de la sexta ola. Esta variante es más contagiosa, aunque menos mortal, siendo esta la única noticia no tan mala de estos últimos meses.
En medio de esta sexta ola, el presidente de Castilla León, Alfonso Fernández Mañueco en un alarde de contentar a sus jefes de Génova, y con una excusa poco creíble, ha decidido convocar nuevas elecciones. Está visto que el Partido Popular no ha conseguido la madurez política que le permita tener unos socios de gobierno estables sin la necesidad de intentar dañarlos continuamente. Realmente, el PP no busca socios de Gobierno, sino que sólo contempla que la suma de números le permita llegar al poder en las instituciones. Desde Ciudadanos nos preguntamos cómo vamos todos a confiar en el sentido de servicio público de un partido (el PP), que puede convocar unas elecciones en medio de una sexta ola de COVID con el único objetivo de demostrar a los españoles que el triunfo de Díaz Ayuso no es suyo, sino de Pablo Casado.
El 2021 ha sido un año complicado. Las políticas económicas actuales llevadas a cabo por el Gobierno Central de aumento de los impuestos a los contribuyentes no ayudan a reactivar el consumo y la economía. En este contexto, como agravante, parece que los presidentes autonómicos poseen un botón que les permite convocar elecciones y disolver los gobiernos regionales cuando sus expectativas electorales cotizan más alto, como si en vez de servir a los ciudadanos estuviesen jugando a una particular bolsa, esperando a que sus acciones lleguen a máximos para venderlas.
Con todo, hay que mirar al futuro con esperanza. La pandemia se irá y aunque los fondos europeos parece que cada vez están más sujetos a nuevas condiciones, finalmente vendrán. La clave es invertirlos adecuadamente, hacia los sectores productivos clave, alejando del dinero a intermediarios de la vieja política y a sociedades de dudosa composición, de las que el PP y PSOE tienen, por desgracia, demasiada historia detrás.
En el año 2022 va a ser clave también redireccionar la actual tendencia inflacionaria, perceptible en el aumento de los precios de la cesta de la compra. Tengamos en cuenta que muchas familias han sufrido ERTES, viendo como sus gastos aumentaban y sus ingresos mermaban, a causa de los efectos colaterales de una pandemia, que no solo ha dejado daños físicos o psicológicos, sino en muchos casos, también económicos. A pesar de todo, les aseguro que saldremos adelante. Desde Ciudadanos vamos a seguir trabajando como partido y desde las instituciones con esa finalidad. No les quepa duda. Confíen en nosotros.