Casualidad o vaya usted a saber, pero en la semana que se nos fue hemos constatado dos severas injusticias. La primera a comentar es como se atrevió el presidente, de esa ya inolvidable corrida del otro día, en la primera plaza del mundo - siempre con permiso de la Maestranza y la México- a negarle en definitiva a MORANTE DE LA PUEBLA hasta una simple oreja en la Feria de San Isidro. Con gran cabreo y unánime del respetable madrileño. Pues el genio había estado más que sobrado en su primer toro.
Y la otra gran cacicada de la semana, ha sido sin duda el negarle los académicos de la RAE el pan y la sal a Don LUIS ALBERTO DE CUENCA: filólogo, bibliófilo, historiador, editor, ensayista, traductor, recitador, contertulio... gran poeta, si no el mejor vivo en lengua española. Y hasta muy popular letrista musical de inolvidables temas de la ORQUESTA MONDRAGÓN. Y músicados que han sido sus poemas por el
primer rocker en español, es decir, por José María Sanz, LOQUILLO.
Por lo que es difícil encontrar a una persona en toda Hispanomérica más popular, más dotada y más versatil, para ostentar un sillón en la Real Academia de la Lengua. (Eso sí, que con la granizada de casquería que está cayendo, casi no hemos podido reparar, al menos con la atención que merecía, en estas tremendas injusticias.)
Y es que, como decía el cínico, hay semanas en que es mejor no levantarse de la cama... Que ya advirtió Valle-Inclán, que en España lo que se premia no es la virtud, sino la falta de escrúpulos y el arribismo.