Manuel Martínez. / EPDA A veces
me pregunto si sólo soy yo el que piensa que tenemos un problema grave con las
altas esferas políticas de este país aunque cuando hablo con la gente parece
ser que la idea es compartida; entonces... ¿por qué no hay una reacción? ¿por
qué no hay otro 15 M?
Quizás
la respuesta esté en la última pregunta, con el paso del tiempo cada vez está
más claro que el 15 M fue un espejismo y que el espíritu de cambio que se vio
en ese momento simplemente ha servido para corroborar el continuismo
bipartidista más casposo de enfrentamiento-oposición, ahora transformado en
bloques.
El
"Gatopardismo" actual nos está llevando a un desencanto generalizado,
a falta de verdaderos tecnócratas y una profesionalización de la política, nos
estamos encontrando con dirigentes incapaces de llegar a acuerdos que funcionan
por puro marketing cuya máxima ambición es continuar en la misma silla las
próximas elecciones en vez de mejorar la vida de las
personas.Lamentablemente, hasta que la sociedad no despierte seguiremos
con este sistema que de momento, y a pesar de las circunstancias, sigue
funcionando.
Cuando
me planteo la resolución de la pregunta inicial creo de forma rotunda que sí,
nos merecemos a estos políticos, ya que hemos sido nosotros los que, mediante
el sistema que nos hemos dado, los hemos elegido. Ahora bien, lo que realmente
me preocupa no es ver cómo nos gobiernan unos dirigentes que no están sirviendo
en gran medida al fin para el que han sido elegidos sino observar cómo la
sociedad no reacciona para cambiarlos. Quizás el problema no está en quien
dirige sino el que los elige, quizás si participáramos más en la política,
quizás si viéramos nuestro voto como el principio del cambio, quizás si
pusiéramos en valor el hacer política y sólo quizás, tendríamos un país mejor.
Hasta entonces, permítanme que siga insistiendo.
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