Juan Planes.
¿Quién participa más en las elecciones, las personas felices o las
infelices? ¿Son más felices los de izquierdas o los de derechas? ¿Quién es el
responsable de tu bienestar, tú o el Estado?
Raramente aproximamos la
política desde la perspectiva del bienestar psicológico, pero como estamos en
periodo electoral voy a meterme en ese jardín (hablar de política es apostar a
que alguien se molesta) ¿Qué señalan los estudios?
Sabíamos que la felicidad aumenta los comportamientos pro-sociales, así,
las personas felices participan más en voluntariado y donan más dinero. Ahora
también sabemos que a los felices les interesa más la política y votan más
frecuentemente.
Sabíamos que la posibilidad de que un gobierno sea reelegido está asociada
con el crecimiento económico y el descenso del desempleo. Ahora también sabemos
que el nivel de satisfacción con la vida aumenta el voto al partido que
gobierna.
Ahora sabemos también que la gente de derechas es más feliz que la de
izquierdas (aunque no siempre, no todos y no en todos los países). Pero, obviamente
no porque ser de derechas te haga automáticamente feliz, sino por cómo suelen
entender el mundo. Cuatro investigaciones diferentes observaron que los de derechas,
de media, se sienten más en control de su vida y creen más que su progreso
personal está en sus manos, son más optimistas y tienen mejor consideración
propia, tienden a ser más religiosos y tener una mayor claridad moral, y
tienden a creer que el mundo es justo. Los psicólogos han demostrado que estas
cuatro cosmovisiones, creer que tus resultados en la vida dependen de ti versus
del exterior, la mirada optimista, la espiritualidad y la creencia en un mundo
justo, impulsan la felicidad.
Los expertos utilizan 6 variables para explicar los niveles
de felicidad por países: renta per cápita, apoyo social, esperanza de vida,
libertad para tomar decisiones vitales, altruismo y corrupción. Los ciudadanos
escandinavos siempre son líderes y España es brillante en esperanza de vida
(alimentación, ejercicio y sistema sanitario) y top en apoyo social,
pero fallamos en altruismo, corrupción y sentirnos libres para tomar
decisiones.
España está sistemáticamente fatal en niveles de desempleo (un elemento
demostrado devastador para el bienestar psicológico y que afecta más a los más
débiles y menos formados), pero no se replican leyes laborales de donde hay
menos desempleo.
Lo peor es que tanto los españoles de derechas como los de izquierdas,
cuatro de cada cinco ciudadanos, el ratio más elevado de Europa, piensa que es
el Estado, y no uno mismo, quien debe tener la responsabilidad principal de
asegurar que los ciudadanos gocen de una vida digna, pero a la vez, tres de
cada cuatro españoles desconfía de los políticos y su gobierno. Los psicólogos
hace décadas que demostraron que las personas que se sienten responsables de su
vida son más felices y exitosas que los que sienten que están en manos ajenas. Y los españoles ponemos
la responsabilidad sobre nuestra felicidad en manos de quienes menos confiamos,
¡somos unos fenómenos!
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