Carlos Fdez. Bielsa Estamos atravesando una etapa de enfrentamiento entre fuerzas políticas, de desasosiego e incertidumbre por situaciones como la que debe llevar a España a consolidar un gobierno de progreso en los próximos meses. La ciudadanía ya ha elegido; y aquí, en los pueblos valencianos, ha optado mayoritariamente por avanzar en lugar de retroceder. Una mayoría clara de la población ha elegido persistir en gobiernos que miran, ante todo, por las personas.
Las ciudades y pueblos valencianos debemos centrar ese impulso de progreso para unirnos más, centrándonos en aquellas reivindicaciones que tenemos en común, y alejándonos del conflicto. Debemos trabajar juntos y plantear propuestas para mejorar la vida de la gente, para hacer lazos de unión, en la defensa del medioambiente, en las conexiones de movilidad, en potenciar herramientas educativas y culturales que permiten un mejor emprendimiento, una mejora de la situación laboral.
Pero también debemos fijar con disciplina un programa de gobierno activo en los objetivos de la agenda 2030; todas aquellas cuestiones relativas a la sostenibilidad económica, social y del cuidado medioambiental. Desde nuestros ayuntamientos, desde las mancomunidades y desde la propia Diputación de Valencia, estoy seguro de que pondremos todo el empeño en esta materia, de absoluta urgencia para garantizar prosperidad social.
No debemos perder del horizonte nuestro bienestar común, la justicia social, la mejora de nuestros servicios públicos, que cada día deben demostrar calidad, universalidad e innovación.
Por descontado, nos debe unir también la lucha contra la lacra de la violencia machista; ningún grupo político debe quedar al margen de esto, ni se puede jugar al eufemismo para negar la evidencia. Los crímenes machistas se deben atajar con planes de igualdad como el que hemos puesto en marcha en ciudades como Mislata, con refuerzo de programas educativos, de la seguridad ciudadana y del sistema judicial, que siempre deben ser aliados contra las injusticias.
A fin de cuentas; los gobiernos debemos trabajar siempre con el objetivo de cumplir con nuestra palabra, pero priorizando lo que nos une a toda la sociedad. Debemos apartar las diferencias cuando intentamos aprobar programas que sirven para mejorar la vida de la gente; y dejar el ruido y las polémicas de lado. Hoy se está poniendo en cuestión la política como sistema; y soy de los que cree firmemente que la política sirve para cambiar las cosas, para mejorar el mundo en el que vivimos, y para dar un mejor futuro a nuestra sociedad.
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