Juan Benito Rodríguez Manzanares. EPDA En la mayoría de los países, la
totalidad de los habitantes de ese país no están de acuerdo con el sistema de
gobierno que en él está establecido y, la verdad es que no todos los nacidos o
afincados en un país tienen porqué estar de acuerdo con el sistema de gobierno
que rija su país o en el que se han afincado.
Podríamos reducir a tres los
sistemas de gobierno más extendidos.
La monarquía: con sus variantes
Parlamentaria (como es el caso de España), Constitucionalista y Absolutista.
La República: con sus variantes
Presidencialista, Semi presidencialista, Parlamentarista, Unipartidista.
La dictadura.
Y alguna otra forma inusual de
gobierno que utilizan o han utilizado algunos países.
En España hemos tenido
diferentes sistemas de gobierno y voy a apuntar algunos de ellos con algún
representante de ese sistema. Así, tenemos la monarquía absolutista con el rey
Fernando VII de España (1784-1833) llamado «el Deseado» o «el Rey Felón». La monarquía
parlamentaria con el rey Felipe VI de España (1968). La república con el
presidente Niceto Alcalá Zamora (1877-1949). La dictadura con el generalísimo
Francisco Franco Bahamonde (1892-1975). Y alguna forma especial de gobierno
como lo que se denominó «Dictadura con rey», que hace referencia a la dictadura
de Miguel Primo de Rivera (1870-1930) teniendo como rey a Alfonso XIII
(1886-1941).
Debo comentar de un sistema de
Monarquía Parlamentaria como la que actualmente tenemos en España, el
historiador y político francés Louis Adolphe Thiers (1797-1877) dijo que: «El
rey reina, pero no gobierna», es decir, cumple con las funciones de Jefe de
Estado, pero está bajo el poder ejecutivo que es el gobierno y bajo el poder
legislativo que es el Parlamento, siendo este quien regula las funciones del
rey.
Y, sin haber vivido todas y cada
una de esas formas de gobierno, puedo asegurar sin temor a equivocarme, que cuando
España tenía instalado cualquiera de esos sistemas de gobierno, habría personas
que no estarían de acuerdo con él.
Esas personas que no están de
acuerdo con el sistema de gobierno que gobierna el país donde vive,
habitualmente están fuera del gobierno del mismo y utilizan todas las
herramientas que tienen a su disposición para derrocar al gobierno establecido con
el que no se sienten identificados e implantar el gobierno que a ellos les
agrada y con el que están de acuerdo.
Unas veces este paso se realiza
de forma pacífica utilizando las herramientas diplomáticas y políticas y, otras
se utilizan las herramientas de transgresión de la vida pacífica como las
revoluciones y/o guerras.
Pero siempre, el marco habitual
es, que las personas que quieren imponer su sistema de gobierno, estén fuera
del gobierno que quieren derrocar y no dentro. Pero el caso actual de España,
que es un caso a estudiar por expertos, es muy especial, pues las personas que
no quieren el actual sistema de gobierno de España, utilizando todos los ardides
que han tenido a su alcance envueltos con la capa de la legalidad, y vendiendo
todo el humo que han podido que en sus intervenciones, han conseguido convencer
a los votantes y han accedido al gobierno, y desde dentro del mismo están, no
intentando, sino directa y plenamente dinamitando España para imponer el
gobierno que desean.
Estos quintacolumnistas que
dirigen España, están dictando todo tipo de leyes, proyectos de ley, mociones,
y otros recursos del estado, para derrocar al mismo estado que están
gobernando, realmente esto es surrealista. Es como un cáncer que está «devorando»
a la persona que lo padece hasta matarlo.
Alguien que no siente España
como el actual vicepresidente segundo del gobierno que dijo públicamente: «Yo
no puedo decir España» y otras perlas del mismo estilo, está en el ejecutivo
del gobierno para dirigir las riendas de un país que no puede nombrar.
¡Increíble! ¡Inconcebible! ¡Intolerable! ¡Inadmisible!
Y todo esto está pasando gracias
a que el gobierno social-comunista que padece España, se está alineando con los
partidos separatistas y filoetarras, mientras que otros partidos como
Ciudadanos que siempre ha sido un tanto «veleta» está haciendo lo impensable
para no desaparecer. Y, además, la derecha no está sabiendo manejar la situación,
manteniendo unas disputas internas de partido y, externas a nivel de
interacción de partidos, totalmente innecesarias y absolutamente nada fértiles
en ningún sentido, cuando realmente lo que deberían hacer es estar luchando
unidos para atajar con contundencia todo lo que está haciendo que España cada
día se parezca más a la actual Venezuela, y no cuando la llamaban «el
millonario de América» por su crecimiento y bonanza económica.
Ahora no nos damos demasiada
cuenta de todo lo que la situación que estamos viviendo en España, si sigue la
deriva actual, la va a transformar y condicionar en el futuro, al igual que en
Venezuela tampoco se dieron cuenta de lo que se les venía encima con Hugo
Chávez (1954-2013), pues al principio de ambos procesos de destrucción del país,
la inercia del buen estado de bienestar adquirido, hizo en Venezuela y
actualmente hace en España, que los primeros años de la destrucción del país
sigan siendo buenos aunque vaya disminuyendo paulatinamente ese bienestar de
vida citado y, cuando se viene a notar con toda su crudeza y los habitantes del
país lo notan en sus propias carnes, ocurre como en Venezuela, que han emitido
un billete de 1.000.00 de bolívares que al cambio tan sólo son 45 céntimos de
euro con los que en España apenas si se podría comprar una barra de pan.
Despierta España, hay mucho que
limpiar y mucho por reconstruir.
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