sds La Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV) ha cedido a la presión y ha
anunciado la licitación, antes de que acabe el año, de nuevas líneas nocturnas de autobús
que darán servicio a 34 municipios. Y, este anuncio se ha producido tras la oleada de
protestas de muchos pueblos del Área Metropolitana ante el agravio que supone que
se instale una linea de esas características en un municipio y en otros no.
Este hecho ha motivado que la Plataforma Pel Transport Públic de L’Horta Sud (en silencio
desde hace tiempo), junto con otras entidades análogas hiciera público su descontento a la
nueva Consellera. Dicen ellos que el transporte en L’Horta Sud “sigue siendo un caos”,
sobre todo para los municipios que no cuentan con servicio de Metro. No puedo estar más
de acuerdo.
Esta situación me ha hecho repasar el histórico de este habitual problema que afecta a los
municipios de nuestra comarca y, en especial, a aquellos que se ubican junto a la autovia A3 y no tienen metro como es el caso de Xirivella. Y, cierto es que echo de menos que
alguno de los munícipes que rigen nuestros destinos, eleve la voz con alguna
protesta (aunque sea fingida) tal cual hicieron cuando gobernaba el PP en la Generalitat o
en el Estado.
Este problema viene de antiguo, todos lo sabemos. En Xirivella, ese vociferante aspirante
a alcalde que, ahora lleva desde 2015 gobernando el municipio, una vez desapareció
el gobierno popular se mantiene en silencio. Solo hay silencio. Se terminó la lucha en la
calle, las declaraciones y las concentraciones, ya no más afirmaciones en contra de la
Conselleria, ni en contra del gobierno de España.
Es curioso, y lo es más, cuando el problema del transporte es histórico en Xirivella. A pesar
de nuestra cercania a la ciudad, habida cuenta también de la pérdida de operatividad de la
linea C-3 desde que entró en funcionamiento el AVE y se cortó el acceso directo a la
estación del Norte, no escuché a ningún socialista de Xirivella protestar por ello. Mientras, la
linea C-3 languidece, últimamente más cerca del desmantelamiento que de su
revitalización.
Y con todo esto, no vemos al alcalde Michel Montaner encabezar protestas ni volver a
organizar propagandísticas “Declaraciones de Xirivella”, ni tan solo, exigir a la Conselleria
los mismos derechos de los que habían sido otorgados a nuestros vecinos de Mislata. Esto,
además, teniendo en cuenta que se sienta a diario en Les Corts valencianes al lado de la
Consellera, a la que al parecer no debe querer agraviar. Quizá es algo que no le
convenga por ver si repite como diputado la próxima legislatura y, quizá, piense que
levantar la voz en defensa del bienestar de sus vecinos no le conviene. Viendo su
trayectoria, tal vez, opine que mostrarse dócil con sus jefes le proporciona una oportunidad
de seguir en su butaca del hemiciclo en el futuro.
El tiempo nos lo dirá.
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