Pere Valenciano. Antes que nada, quiero desearles a tod@s Feliz Navidad. Oh blanca y dura Navidad. Pero Navidad, al fin y al cabo.
Y precisamente, entre turrón y turrón, reflexionaba hace no mucho sobre el funcionamiento de la justicia en nuestro país y que si hasta ahora ya dejaba mucho que desear, cómo será en el futuro con el ‘tasazo’ de Ruiz Gallardón.
Y entre polvorón y polvorón me dio por pensar cuántos casos habrá de secretarios municipales corruptos que dominarán el cotarro municipal a su antojo, que por algo son los que más saben de leyes y de los vericuetos para bordear la legalidad o disfrazar como legal lo que es un pelotazo y un reparto de dividendos entre concejales y funcionarios tan o más corruptos que el susodicho. En realidad no es otra cosa que poner a vigilar en el gallinero u otra versión bestiaria al mismísimo zorro, con el consentimiento o conocimiento del granjero de turno.
Porque, claro, pensaba yo entre zambomba y zambomba -para que así tengan otro chascarrillo con el que reírse mis amigos los zorros y las zorras-, ¿quién le pone el cascabel al gato, si éste ha sido, hasta la fecha, el más listo y el más corrupto del lugar y gracias al cual se han repartido migajas y se ha colocado de funcionario hasta el apuntador con tribunales ‘amigos’?
Pero a los zorros y las zorras que tanto se ríen, les recuerdo que quien ríe el último, ríe mejor y que hasta el zorro más listo, ¡zas!, acaba siendo descubierto. Y con él pueden caer concejales, funcionarios y empresarios corruptos.
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