Juan Benito Rodríguez Manzanares
Juan Benito Rodríguez Manzanares Desde final de la primavera,
durante todo el verano, e incluso entrado el otoño, en toda nuestra bella
Comunidad Valenciana disfrutamos de un sinfín de Semanas Culturales y Fiestas
Patronales que se suceden a un ritmo vertiginoso, coincidiendo incluso varias
en el mismo día, pues cada pueblo y ciudad tiene la suya. Nos las quieren
mostrar a todos, transmitiéndonos lo mejor de cada lugar convertido en fiestas,
en unas fiestas que quien las vive no las puede olvidar.
Entre esas entrañables e
inolvidables fiestas, hay algunas de renombre universal que todos conocemos
como las Fallas de Valencia, las Gayatas de Castellón, las Hogueras de San Juan
en Alicante, la Tomatina en Buñol, Los Moros y Cristianos en Alcoy, y tantas y
tantas fiestas más.
Pero tenemos otras muchas
fiestas que, aún a pesar de no ser tan conocidas como las anteriormente citadas,
son muy importantes dentro del ámbito festivo y turístico de nuestra Comunidad
Valenciana.
En esta ocasión, voy comentar la
sorprendente Entrada de Toros y Caballos de Segorbe, en Castellón, declarada,
Fiesta de Interés Turístico en 1985, Fiesta de Interés Turístico Internacional
en 2005, y BIC Inmaterial, es decir, Bien de Interés Cultural Inmaterial en
2011.
Pero para comenzar a hablar de
esta gran fiesta segorbina tenemos que remontarnos hasta el año 1386, ya que a
este año corresponde la primera referencia escrita sobre esta fiesta de la
Entrada de Toros y Caballos de Segorbe. Aunque procede comentar que, en esa
primera referencia, no se hace mención expresa a que la realización de este acontecimiento
se iniciara en ese año. Por lo tanto, y hasta la fecha, se desconoce con
exactitud el inicio de esta fiesta, que, en cualquier caso, ya cuenta con más
de 633 años de antigüedad.
Mas se piensa que en su época
más temprana no constituyera una fiesta, sino tan sólo, el traslado de una res
para su posterior utilización, la cual era financiada por las carnicerías de la
ciudad, turnándose para tal menester tanto las carnicerías musulmanas como las
cristianas.
En la actualidad, el municipio
de Segorbe, capital de la comarca del Alto Palancia, situado entre las sierras
de Espadán y de la Calderona, es quien convoca y se hace cargo de la fiesta, en
la cual participan, no uno, sino seis toros bravos.
Durante el recorrido de la
Entrada de Toros y Caballos, los toros bravos son hábilmente conducidos por
trece jinetes montados en unos bellos y adiestrados caballos que hacen las
delicias de los segorbinos y de los foráneos que llegan desde todas las partes
del mundo para disfrutar de la fiesta grande de Segorbe.
La fiesta se realiza siempre el
segundo sábado del mes de septiembre de cada año y se extiende durante toda
esa semana. Este año 2019 se ha realizado entre los días 9 y 15 de septiembre.
A las 14:00 horas en punto de cada uno de estos días, el estruendo de una
carcasa marca el inicio del recorrido, el cual comienza en los corrales que se
habilitan muy cerca del río Palancia, que discurre atravesando la ciudad, y a
la vera de la llamada Torre del Verdugo, la cual, según comentan algunos
historiadores, puede deber su nombre al hecho de que, en tiempos, la casa del
verdugo estuviera muy cerca de dicha torre.
El recorrido, de un kilómetro de
largo aproximadamente, concluye en la plaza, y en el minuto escaso que dura, si se tiene la suerte de poder ver el mismo desde uno de los
balcones y miradores que lo jalonan, su belleza plástica es indudable, pues no
es un recorrido al uso.
Así, desde tempranas horas de la
mañana, el recorrido está concurrido con la gente que viene a disfrutar de él, mas,
al iniciar el mismo, no se le pide a esa gente que abandone el trayecto del recorrido,
sino que, a medida que los toros y los caballos van completando el recorrido, los
asistentes que llenan las calles se van abriendo para dejar paso a los toros y
los jinetes, y cuando han pasado, vuelven a cerrarse con una explosión de
alegría. Realmente es como si los toros y los jinetes se deslizaran en una
burbuja que se abre camino hábilmente en un mar de personas.
Algo que siempre llama la
atención de todos los que acuden por primera vez a ver y disfrutar de esta
fiesta es la total ausencia de barreras en las calles que puedan contener a
los toros en el recorrido, siendo la misma gente que se agrupa en las calles
del recorrido la que hacen de muro de contención para que los toros no se
salgan del trazado del mismo.
Una vez acabada la Entrada, y
tras los aplausos de rigor, es imprescindible esperar la vuelta de los jinetes
con sus caballos especialmente entrenados para la ocasión, pues como en Segorbe
se tiene un especial cariño y culto a los caballos, a la vuelta de la plaza,
acto que se denomina el Desfile de los caballistas, estos hacen que sus
monturas encabriten sus patas delanteras, o que caminen con un paso cadencioso
y artístico, haciendo las delicias de todas las personas que cada día acuden a
presenciar este espléndido acto.
Y como no sólo de toros y
caballos se hace la fiesta, cuando todo ha concluido, lo que procede es
acercarse a la Feria del Jamón, donde poder degustar las ricas viandas que allí
encontraremos, como los embutidos artesanos, que harán que sientas toda una
explosión de suculentos sabores.
Conocer y disfrutar de todas y
cada una de nuestras fiestas es un placer y un deber que no nos podemos
perder, pues la Comunidad Valenciana es sinónimo de cultura.
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