Arrozales./EPDA La Unió Llauradora estima que este año la cosecha de arroz será normal en las zonas productoras de la Comunitat Valenciana, con unos 110 millones de kilos en total.
Uno de los principales problemas que tienen los arroceros es el de la carencia de fitosanitarios (herbicidas y fungicidas) eficaces contra las plagas a causa de las prohibiciones para el uso de muchos de estos productos por parte del Ministerio de Agricultura y de la Comisión Europea. La falta de herbicidas ha provocado que muchos campos con variedades tradicionales se han quedado perdidos en situación de abandono temporal para el año que viene.
Todo ello ha provocado la proliferación de malas hierbas en las parcelas que les ha convertido en una de las principales preocupaciones de los arroceros valencianos. Actualmente no existe ningún herbicida efectivo para afrontar este problema y los arroceros han visto incrementados sus costes y las horas de trabajo en los campos, ya que la labor de limpiar las explotaciones debe realizarse de forma manual y los gastos ante la necesidad de contratar más mano de obra para controlar las malas hierbas han aumentado un 30%.
Para esta campaña se prevé mayor producción en casi todos los tipos de arroz. Aproximadamente este año hay entre un 70% de arroz redondo de la variedad JSendra y un 25% de arroz largo plantado para combatir las malas hierbas, aunque se obtiene menos rentabilidad. Hay que destacar el ligero descenso de la superficie de la variedad Bomba y el incremento de la variedad Albufera. Todo ello debido a la falta de soluciones y medios para controlar las malas hierbas, lo que provoca que el productor opte por tipos de arroz que dan menos complicaciones y son menos rentables.
LA UNIÓ pide al Gobierno de España el mismo apoyo que da Italia a sus productores de arroz, ya que solicitan a la UE continuamente autorizaciones excepcionales de determinados productos fitosanitarios para mantener la competitividad en sus fincas de cultivo. No es por tanto nada extraño que Italia triplique la superficie plantada de arroz en España.
La organización resalta en este sentido la falta de una legislación en materias activas igual para todos los productores europeos y los de países terceros. “Estamos en una situación de vulnerabilidad e incertidumbre debido a la falta de herramientas necesarias, lo que provoca que nuestro arroz sea menos competitivo ante las importaciones de países terceros, que además cultivan con normas medioambientales y sociales diferentes a las europeas”, asegura.
LA UNIÓ apuesta también por establecer la cláusula automática de salvaguardia en el sistema de Preferencias Generalizadas para proteger al sector europeo frente a las masivas importaciones de terceros países, además del etiquetado obligatorio de origen en el arroz con el fin de fomentar la transparencia e información al consumidor. En este sentido la organización resalta la importancia de la Denominación de Origen Arròs de València para certificar el origen y la calidad.
Finalmente, LA UNIÓ destaca el relevante papel medioambiental que representa el cultivo del arroz para mantener vivos ecosistemas como el Parc Natural de l’Albufera o la Marjal Pego-Oliva.
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