Las elecciones catalanas han supuesto una bofetada a Artur Mas y la aventura soberanista a la que había embarcado a CIU. Su apuesta por un referéndum por la independencia de Cataluña ha supuesto un gran fracaso para CIU y ha beneficiado a los independentistas de toda la vida, ERC, que dobla su resultado, y permite la entrada de un partido independentista de izquierdas de nuevo cuño como CUP.
Junto a CIU, el otro partido derrotado es el PSC, el Partido dels Socialistes de Catalunya, aunque Pere Navarro no sufre la debacle que vaticinaban las encuestas. Los socialistas pierden apoyo por cuarta convocatoria consecutiva, pero frenan la sangría y salvan los muebles con su apuesta por un federalismo y no por la ruptura con España.
Los populares de Alicia Sánchez Camacho crecen y obtienen el mejor resultado de la historia, aunque son la cuarta fuerza en Cataluña por detrás de CIU, PSC y ERC. Ahora bien, el PP está de enhorabuena, dado que los vientos que soplan desde Madrid no son los más apropiados para las federaciones regionales del PP.
El otro partido que aparece como el gran triunfador, junto a ERC, es el partido que más nítidamente ha trasladado un mensaje en contra de la independencia, el Ciutadans de Albert Rivera, que triplica su representación, pasando de 3 a 9 diputados.
Iniciativa per Catalunya sube de 10 a 13 diputados, siendo el único partido que ha puesto el acento en la economía y los derechos sociales por encima del debate soberanista.
Dicho de otra manera, el batacazo de Artus Mas ha sido enorme y no sólo no consigue la mayoría absoluta, sino que ha sufrido un castigo muy grande. Su apuesta por liderar un proceso independentista ha fracasado, ya que muchos de sus electores, siendo nacionalistas, no son independentistas y aquellos que creían en la independencia han preferido a otras formaciones, como la auténtica independentista, la de toda la vida, como Esquerra Republicana de Catalunya. Resultado espectacular, al pasar de 10 a 21 escaños, convirtiéndose en la sgunda fuerza, sólo por detrás de CIU y un escaño por delante del PSC.
Artur Mas y sus estrategas se han equivocado absolutamente. Han confundido un nuevo modelo de financiación con la independencia. Y ese peligroso órdago ha llevado a CIU a un retroceso histórico. ¿Cómo gestionará ahora Mas el empuje de ERC y su apuesta por un gobierno bipartito a cambio de un referéndum que ha hecho hundirse a CIU?
Con Mas CIU es hoy Menos, pero, ¿el resultado frena o impulsa la deriva soberanista? Si CIU quiere recuperar el terreno perdido, tendría que regresar al redil constitucionalista, pero con Mas todo es posible. No sólo no se ha suicidado políticamente, sino que podría estar dispuesto a llevar a CIU a la debacle si pacta con ERC.
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