Leopoldo Bonías. EPDA Ayer, tras la publicación de la resolución de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, donde entre otras cuestiones se establecían limitaciones a partir de la una de la madrugada de hoy del derecho a la libre circulación de personas en lo que en el argot militar se denomina “toque de queda” , mi watsapp empezó a recibir consultas y cada familiar, amigo o conocido me preguntaba acerca de su caso personal.
Para el ciudadano de a pie ya empieza a ser demasiado farragoso el galimatías legal en que se ha convertido la legislación anti COVID19. Una virtud ,y no cardinal, que se le atribuía al Arzobispo, Virrey, Patriarca y Capitán General de Valencia San Juan de Ribera era la de dictar escasas normas, escuetas, muy concisas y con sanciones estrictas como mandar directamente al infierno con la pena de Excomunión Mayor a todo aquel que dejase el carruaje en el itinerario de la procesión de San Vicente Martír, el Corpus o la Virgen de Agosto.
Una de las consultas recibidas a las que he contestado con una paciencia que no creo sea característica en mí es la que decía; “He quedado para ir a pescar y no sé si me dará tiempo a volver a mi casa antes de la 1 de la madrugada. Si me para la policía, ¿me denunciarán?” (Aclaro que a partir de esta noche las restricciones al derecho de libre circulación empiezan a las 12 de la noche”). “Hombre, si yo fuera el policía que realiza la intervención y veo que va un hombre mayor solo en el coche con los aparejos de pescar y se dirige a su domicilio, por rebasar 10 minutos la hora no lo denunciaría , pero si el policía con el que te encuentras lo hace, éste estaría actuando correctamente”. Y es que la resolución tiene un objetivo claro ,evitar las juergas nocturnas , ya sea en establecimientos públicos , en la vía pública o en domicilio particulares, y no para fastidiar la noche a la juventud , sino para evitar en la medida de lo posible la propagación del virus , pues resulta evidente que mañana en el metro – por citar un ejemplo evidente - van a producirse las concentraciones de personas habituales.
Las restricciones de derechos a los ciudadanos siempre conllevan mayores atribuciones para aquellos funcionarios que ejercen funciones que implican ejercicio de autoridad y estos , deben ser muy cuidadosos en el desempeño de las mismas. Las ordenes están para cumplirlas prudentemente y aquí entra en juego el sentido común. Se dan cursos sobre diferentes materias en los cuerpos policiales pero ninguno específico dedicado al sentido común, es decir, a lo que denominamos el poder discrecional del policía. Una orden en manos de un policía sin sentido común es como una pistola en manos de un mono.
A veces tengo la percepción que pensamos que una inspección de un local público que no acaba en denuncia es una inspección sin éxito. De la misma forma, a veces , creo que utilizamos como indicadores de gestión de nuestros servicios el número de denuncias que se imponen , como si contra más denuncias que se tramiten es que mejor se ha llevado a cabo el servicio policial. Muchas denuncias , en el mejor de los casos , es sinónimo de mucha actividad del policía pero no siempre de muchos infractores. Si se fomenta la denuncia a ultranza, mi amigo que quiere pescar esta noche ya puede considerarse victima. Si los policías utilizan el poder discrecional que conlleva el cargo, seguro que el policía que lo intercepte en algún control policial le dirá lo inconsciente que es con su desmedida afición a la pesca y por medio del razonamiento intentará convencerlo de lo imprudente de su conducta, no por peligrosa, sino por insolidaria. Será difícil, porque como afirmaba Anatole France , si quieres influir en el ánimo de las personas, no apeles a su inteligencia, sino a sus intereses.
Y es que al policía tiene que ser – haciendo un símil - como el centauro Quirón, preceptor de los dioses y semidioses en la antigua mitología griega, mitad hombre y mitad bestia. Como hombre debe saber utilizar los instrumentos que la Administración le proporciona juiciosamente , el denominado poder discrecional , y como bestia, y entiéndase esta expresión dentro de este contexto, debe utilizar la fuerza, es decir, el bolígrafo o los grilletes llegado el caso.
En lo referente a si habrá ratificación judicial del denominado popularmente toque de queda, lo dejo a los juristas, que son los que se dedican al estudio de las normas jurídicas , que no es lo mismo que un licenciado en derecho que tiene la licenciatura en la materia, o un abogado que además de tener la titulación ,está colegiado y ejerce la profesión , ya que yo no soy ninguna de esas tres cosas y ,en el fondo, lo que realmente soy es un guardia urbano y aunque parezca que doy lecciones de sentido común tampoco es que vaya muy sobrado en este aspecto, pero de vez en cuando me paro a reflexionar – porque todavía podemos pensar – y creo que tengo algún momento de lucidez que unido a la vanidad consustancial a los humanos me impele a compartir mis inquietudes con el que esté dispuesto a leer estas líneas.
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