Hoces del Cabriel. EPDA
La Costera de Puçol. EPDA
Fuente de los 50 caños de Segorbe. EPDA
Los meses de otoño son una época ideal para hacer turismo por las comarcas valencianas. Disfrutar de sus paisajes, realizar rutas de senderismo u otros deportes de montaña, descubrir rincones con encanto. En este reportaje vamos a adentrarnos por seis enclaves naturales ideales para una escapada de fin de semana.
La CosteraA las puertas de la Sierra Calderona se levanta un paraje natural de especial importancia para Puçol. Se trata de La Costera, un enclave vinculado históricamente al disfrute de la naturaleza por parte de los vecinos de la localidad. En la actualidad, la montaña de La Costera se ha convertido en el pulmón verde de un municipio que ya supera los 20.000 habitantes. Su declaración como zona protegida en el año 2005, cuando fue declarado Paraje Natural Municipal, ha impedido la irrupción del ladrillo convirtiendo este espacio en el único reducto natural de la población.
Esta circunstancia ha permitido que La Costera sea una de las pocas montañas litorales que no está urbanizada. Su ubicación la convierte en un espacio ideal para disfrutar de unas privilegiadas vistas al mar mediterráneo, la huerta, la Marjal dels Moros e, incluso, el parque natural de La Albufera. Hace unos años que Acció Ecologista Agró, de la mano de la administración local, custodia este espacio natural, colaborando no solo en su conservación sino en la organización de actividades en contacto con la naturaleza para dar a conocer la zona y sus características. Cada dos semanas hay actividades programadas (se pueden consultar en la web de Agró o en su página de Facebook) que, normalmente, se realizan los sábados por la mañana. Desde talleres a rutas teatralizadas con distintas temáticas como el cambio climático que centrará las de este otoño. Si hay algo pendiente “y muy importante”, señala Miguel Crespo, para esta zona es acometer la señalización de un itinerario de 8 kilómetros que propuso el colectivo ecologista hace tiempo y que “aún no ha visto la luz”, algo que, sin duda, supondría una puesta en valor de una zona tan emblemática para Puçol.
Las fuentesLas fuentes de las comarcas del Palancia y Mijares, han sido siempre la razón de existir de sus habitantes. La presencia de cauces de agua entre los últimos sistemas montañosos del Sistema Ibérico, han propiciado la existencia de cientos de fuentes en los entornos de las sierras de Espadán y Calderona y desde El Toro a Sot de Ferrer.
Entre las más conocidas por su proyección turística se encuentra la Fuente de los Baños en Montanejos que brota con 25ºC entre un paraje de gran belleza; también la Fuente de los 50 Caños de Segorbe con el escudo de una provincia española en cada caño; la fuente de Randurías de Jérica en un entorno muy cuidado; o de la Tejería en Montán, con agua sulfato-bicarbonatada.
Hay fuentes históricas como la de Almanzor en Almedíjar, o la del Berro en Altura, las hay que no siempre llevan agua y las que reparten su caudal para que otras se nutran; con nombres de flores (Lirio) o animales (Gallos), de santos (San Miguel) y que dan nombre a poblaciones (Fuentes de Ayódar).
Todas ellas forman parte de un escenario dominado por los parque naturales de Espadán y Calderona y los ríos Palancia y Mijares.
Cima del ÁguilaLa zona de l’Horta Sud se caracteriza por ser un gran área metropolitana donde la urbe es la protagonista. Sin embargo, podemos encontrar espacios verdes tan emblemáticos como es l’Albufera entre los términos municipales de Catarroja y Silla. Pero también los hay desconocidos como es la Cima del Águila. A tan sólo ocho kilómetros de la localidad de Picassent los más aventureros pueden disfrutar de las vistas del terreno que van desde la montaña hasta unirse con el mar. El paisaje se caracteriza por tener poca vegetación y un terreno muy empedrado. La ruta se compone de un recorrido circular de una duración de aproximadamente dos horas y que se puede realizar fácilmente con niños hasta la cueva.
Nuestro camino nos conducirá hasta la Cima del Águila, una concavidad rocosa con un diámetro de tres metros. Los más aventureros pueden adentrarse en esta gruta de unos 17 metros de profundidad. Son pasos bastante estrechos, pero que hace las delicias de los experiólogos por su facilidad. Otro de los factores más atractivos de la cueva es la cantidad de murciélagos que pueden encontrarse en ella, ya que es un pequeño refugio para un gran número de especies de este peculiar mamífero.
Puntal dels LlopsOtra de las rutas destacadas es la visita al yacimiento ibérico El Puntal dels Llops situado en el municipio de Olocau, datado en el S. V a. C., que fue una pequeña atalaya de vigilancia del territorio que controlaba la ciudad de Edeta (la actual Llíria). El servicio de visitas guiadas al Puntal dels Llops pretende difundir el patrimonio ibérico y el de Olocau, mediante las explicaciones de cómo se vivía en la época, cómo era la gente que vivió en dicha atalaya y su papel en los procesos de conquista por parte de Roma de la península Ibérica.
La visita al poblado consiste en un pequeño paseo de 1,5 km, dirigido por arqueólogos por la Sierra Calderona, mediante el cual se explica el medio natural actual y el del pasado, a la vez que se introducen algunos conceptos sobre arqueología. Una vez que se llega al yacimiento, los visitantes podrán conocer todo lo relacionado con la cultura ibérica y los íberos edetanos. La subida, explicación y bajada, dura aproximadamente dos horas y media. Como complemento, se puede visitar la Colección Museográfica de la Casa de la Señoría, donde se pueden encontrar algunos materiales de las excavaciones del poblado.
Las visitas al poblado han de concertarse con antelación, poniéndose en contacto con la Oficina de Turismo de Olocau en el teléfono 672794404, a través del correo puntal.llops@olocau.es, o mediante las redes sociales del Puntal dels Llops. El horario de atención es de 10.00 a 14.00 horas de miércoles a domingo.
Las Hoces del CabrielSiguiendo el curso de la Nacional III llegamos a una de las dos únicas Reservas de la Biosfera con las que cuenta toda la Comunitat Valenciana. Desde el pasado 19 de junio, el Valle del Cabriel está reconocido por la UNESCO por esta figura de protección medioambiental que afecta a más de 420.000 hectáreas de las que, el 18% pertenecen a territorio valenciano. Requena, Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel disfrutan de este privilegiado entorno en el que se inscribe el Parque Natural de las Hoces del Cabriel, con valles estrechos y angostos cañones por los que discurre el río.
Precisamente la ribera del Cabriel destaca por su gran fertilidad con especies únicas y de especial protección como las nutrias, el cangrejo común europeo o la madrilla del Júcar, entre otras muchas. A esta fauna acuática se añaden otras de singular importancia como el águila perdicera, el águila real, el búho chico, la cabra montesa, el jabalí, el ciervo y el muflón.
Se trata de una zona de gran desarrollo turístico natural con centenares de rutas senderistas, de BMX y de deportes de aventura fluviales como el kayak, el rafting o el barranquismo.
La Font de QuartEn la Font de Quart, el tiempo parece detenerse. Está ubicada a apenas 200 metros del núcleo urbano de Quart de les Valls. Como si de un oasis se tratara, desde la lejanía puede observarse una agrupación de árboles aislados que actúan a modo de bóveda para proteger esta antigua fuente. Una vez se cruza el umbral, se puede contemplar el reflejo de los pinos y las palmeras en la quietud de las aguas que serpentean a través de acequias y desembocan en pequeños lagos. El visitante puede atravesar los múltiples puentes que se ubican en el área y que evocan una Venecia en miniatura. Es posible detenerse y descansar en alguno de los bancos instalados para hacer una pausa y observar con atención el acogedor paisaje, donde quizá pueda aparecer alguna ardilla. También se ponen a disposición merenderos y barbacoas para disfrutar de una comida en familia o en compañía de amigos, en un entorno más que agradable. En el área también se encuentra el Molí de la Font, uno de los, al menos, diez que había en la antigüedad. Este manantial lleva abasteciendo durante siglos los campos del norte de la comarca del Camp de Morvedre y hoy es un rincón imprescindible para perderse y disfrutar de la naturaleza.
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