Vista general del hemiciclo en una imagen de archivo. EFE/Kai Försterling
Unides Podem ha presentado una iniciativa en Les Corts Valencianes para 
que se inste a revisar las nomenclaturas de las instituciones 
valencianas con el fin de adaptarlas a unas no sexistas, y para que se 
inste a los grupos parlamentarios a hacer un uso no sexista del 
lenguaje.
La proposición no de ley, que ha registrado esta semana
 la diputada Cristina Cabedo, pide también que Les Corts declaren que el
 uso del  lenguaje no sexista es un mecanismo de reconocimiento 
democrático de un poder respetuoso con el equilibrio de sexos.
Además,
 plantea que Les Corts se comprometan a seguir trabajando para asegurar 
la paridad en los diferentes espacios de poder, y que declaren su 
compromiso con el uso de un lenguaje no sexista, tal y como señala el I 
Plan de Igualdad de Les Corts.
Unides Podem propone asimismo que 
la próxima reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana y
 de la Constitución Española integre un lenguaje no sexista e inclusivo,
 y que se inste al Consell y al Gobierno de España a un uso no sexista a
 inclusivo del lenguaje.
El texto de la propuesta señala que la 
lengua y el lenguaje evolucionan de acuerdo a las necesidades de cada 
época, refleja la realidad y ayuda a construirla, y que el lenguaje 
parlamentario de hace 40 años "no puede ser el mismo que el actual 
porque, al igual que la sociedad y la cultura, la realidad parlamentaria
 no es la misma".
Así, recuerda que en la primera legislatura de 
Les Corts había 6 mujeres frente a 88 hombres, y que en la actual 
legislatura existen 48 mujeres frente a 51 hombres.
"Las mujeres y
 el poder que ostentamos no somos anécdotas ni algo temporal, además 
tampoco tenemos por qué ejercer nuestro liderazgo atendiendo a los 
cánones tradicionales masculinos. Somos, en todo caso, la confirmación 
de la democracia desde la perspectiva de género", asegura el texto.
Según
 Cabedo, el debate acerca del lenguaje inclusivo "pertenece a los 
espacios del poder y es justamente en los poderes públicos donde debe 
arbitrarse; o, como mínimo, arbitrarse al mismo tiempo que se da en los 
referidos espacios académicos". 
La diputada lamenta que haya 
sectores y personalidades que se nieguen a "feminizar" la nomenclatura 
de cargos y responsables públicos, de forma que llaman presidente a una 
mujer que ocupa la presidencia; síndic a las síndicas de los grupos, o 
diputados a las diputadas.
Esta negativa suele venir acompañada 
del intento de "ridiculizar el lenguaje no sexista, derivando el debate a
 una mera cuestión gramatical de tal forma que se disfrace, justamente, 
el debate acerca del poder", señala Cabedo.
En su opinión, "lo 
que se esconde al llamar en masculino a cargos públicos y de poder 
femeninos es un continuo recordatorio a esas mujeres de que el lugar que
 ocupan y el poder que ejercen es excepcional en tanto que 
originariamente pertenece a lo masculino, o a los hombres", y que el 
poder por parte de las mujeres debe ejercerse "bajo los cánones 
patriarcales" y de forma "anecdótica".									
                        
Comparte la noticia
                        Categorías de la noticia